Víctor Gómez Pin
Hace unas semanas presentaba aquí el listado de principios que determinan nuestra percepción de la physis (véase la columna titulada "compendio de los principios). Indicaba que la confrontación con tales principios es una exigencia metafísica de nuestra época, en la medida en la que son puestos en tela de juicio por los postulados cuánticos.
El principio de realismo, que postula la subsistencia de entidades físicas dotadas de propiedades que forjan su objetividad independiente de la percepción que de las mismas pueda tener un sujeto; el principio de localidad-contigüidad, según el cual dos cosas distanciadas y ubicadas en un continuo espacial tienen cada una derecho a una subsistencia independiente de las vicisitudes físicas que pueda experimentar la otra; el principio de individuación (vinculado de hecho al precedente), que garantiza la subsistencia de una entidad con independencia de los lazos que determinan la formación de un todo; el principio de causalidad-determinismo, que en un sentido general garantiza que a igualdad de condiciones corresponde igualdad de efectos y en un sentido restringido excluye que quepa intervenir sobre el pasado.
Voy ahora a completar aquella reflexión con un aspecto que ya ha sido considerado en otras ocasiones pero que es útil para entender el principio de contigüidad.
Dar cuenta de la physis es el primer problema al que se enfrenta la filosofía. Hemos visto que Aristóteles determina la physis como aquello que es susceptible de estar afectado por las categorías de movimiento o reposo. Por ejemplo, no es físico un ente como raíz cuadrada de 2, porque no es susceptible de estar determinado por el hecho de hallarse en movimiento o de hallarse en reposo. Pero, para Aristóteles, tampoco es susceptible de ser afectada por las categorías de movimiento o de reposo la superficie de una entidad material, por ejemplo. Entidad física es cabalmente la entidad material misma, la mesa o tal individuo animal y no atributos de tal individuo como su superficie o su color que no pueden ser separados del conjunto.
Aristóteles enfatiza además algo que podría sonar a obviedad: toda entidad física tiene lugar, Mas, ¿qué es el lugar? Responder a esta pregunta exige considerar previamente tres conceptos fundamentales, que Aristóteles extrae de un análisis del lenguaje ordinario:
-Dos cosas son consecutivas si no existe entre ellas ninguna entidad de la especie de la primera o de la segunda.
-Dos cosas son contiguas si, además de ser consecutivas, están en contacto.
-De la contigüidad se pasa a la continuidad si esas dos cosas constituyen una sola, es decir, si la frontera que las separa es, de hecho, una mera separación de partes. En otras palabras: cuando la superficie de contacto no es más que una, la relación es de continuidad.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede dar la definición aristotélica de lugar, tópos: el lugar de algo es la superficie del cuerpo que lo envuelve, es decir: el lugar es la superficie de aquello que está en relación de contacto con la propia superficie.
En este contexto, decir que toda cosa tiene un lugar es rigurosamente equivalente a decir que todo tiene un cuerpo envolvente. El lugar es así un modo particular de la relación entre entidades. Es, pues, la relación de contigüidad la que define el lugar. Como decía, estas referencias aristotélicas pueden contribuir a la intelección del párrafo en el que en la columna titulada "Compendio de los principios" me refería a la contigüidad y que ahora transcribo de nuevo:
"Por gemelos auténticos que dos hermanos J y L sean, si se encuentran en lugares alejados nadie espera que una acción física sobre J, tenga asimismo efectos en L (las cosquillas en el uno no provocan la risa en el otro, dice socarronamente un cronista científico). Este es el principio de contigüidad que posibilita un segundo enunciado cuando es considerado en perspectiva local: todo fenómeno físico que quepa observar en R es independiente de las observaciones que en paralelo puedan hacerse en J. Calificado entonces de principio de localidad este segundo enunciado pone mayormente de relieve la independencia de quien se encuentra protegido por el hecho de tener un lugar o espacio propio"