Víctor Gómez Pin
J- El animalismo pretende ampliar el límite de la comunidad más allá de los seres humanos e introducir a los perros, los toros, las vacas y darles abogados, darles derechos, Derechos de pólis. El nazismo, es un ejemplo claro de una doctrina con una fundamentación irracional e intrínsecamente dañina que conduce inevitablemente a la violencia. Pero el nazismo lo que hace es lo contrario: restringir el concepto de la comunidad a un determinado país, una determinada nación, una determinada raza. Y entonces excluye de la humanidad a otras razas y las combate y las destruye como una especie puede combatir a otra en su provecho.
V-… Pero fíjate tú, el nazismo era profundamente animalista y además por razones perfectamente lógicas, eran biologicistas absolutos. O sea, creían en el determinismo biológico sin excepción; no aceptaban la singularidad del lenguaje, y por consiguiente no aceptaban que el lenguaje crea una diferencia cualitativa respecto a los demás animales a la vez que homologa en dignidad (¡trágica!) a todos los seres de palabra.
J-… creían en la singularidad de la raza.
V-… de la raza biológica, es decir no aceptaban la comunidad de los seres humanos, no aceptaban que -en lo esencial somos intercambiables salva veritate. Entonces es lógico que fueran animalistas.
J-… ¿Animalistas en qué sentido?
V-… Pues para empezar de una manera muy concreta. Tú sabes que el Partido Nacional Socialista ha sido quizás el primer partido en el poder oficialmente animalista, ecologista, "Montañas nevadas" y toda la parafernalia. Pero bueno, Hitler no era sólo más o menos vegetariano, sino que al parecer se atrevía a promocionar militares porque dejaban de fumar (eso es muy difícil y ni Franco creo que se hubiera atrevido, pues romper los esquemas militares por asunto de gustos no es fácil). Desde este punto de vista algo anecdótico, el Partido Nacional Socialista siempre fue eso: ha sido el primer partido ecologista en el poder.
Pero este aspecto empírico y folklórico es lo menos relevante. Lo importante es que estás abocado al bilogicismo desde el momento en que no quieres enfatizar la trascendencia de lo que los humanos tenemos en común, es decir el lenguaje. Si odias la homologación de los humanos vas a tener mucho interés en enfatizar el peso de lo no lingüístico, agarrarte a la diversidad morfológica para empezar, después intentar encontrar una coartada en la genética. De ahí a la admiración de los rasgos poderosos de ciertos animales frente a otros sólo hay un paso. Si todo esto lo cristianizas acabas -al igual que hacen los cristianos con los humanos- explotando objetivamente a bestias y comiéndotelas pero…declarando que los animales se homologan en la desgracia, es decir en la capacidad de sufrir… Es cierto que algunos tienden también a jerarquizar las lenguas, pero ello es más bien una consecuencia de la actitud anterior, y las lenguas ofrecen rápidamente resistencia…