
Víctor Gómez Pin
La mano izquierda acabará realizando las tareas de la derecha lesionada, siempre y cuando sea estimulada para realizar tal función. En los niños, la división de funciones entre hemisferio izquierdo y hemisferio derecho, es mucho menos rígida que en los adultos, de tal manera que las lesiones no tienen el carácter irreversible que, en principio, cabría temer. Cosas bien conocidas, pero de las cuales no extraemos los corolarios que se imponen. Nos ayudará quizás a hacerlo el ejemplo de Rita Levi-Montalcini… la dama, que ocupa su mente en las horas de insomnio, no precisamente contando ovejas, sino resolviendo problemas relativos a la economía del sistema neuronal de las mismas.
Un apunte final: Rita Levi-Montalcini ha puesto en varias ocasiones de relieve que el nacimiento de eso que los griegos designaban mediante el término logos, no puede en absoluto ser fruto de un código unívoco, como lo son los códigos de señales, dado que constituye la expresión de una imperfección. Los seres vivos más programados, son precisamente aquellos que se encuentran filogenéticamente alejadísimos de nosotros, como es el caso de los invertebrados. Desde el punto de vista de la familiaridad ontológica los invertebrados se aproximan a los robots… unos y otros en las antípodas de lo humano.