Víctor Gómez Pin
Toda la diferencia entre La Bruyére y el desgraciado que, incapaz de conseguir ni siquiera una cita de la dama deseada, mas impotente asimismo de "expresar sus sufrimientos y el peligro al que ha escapado" (Pléiade 3,894), se contenta con leer con entusiasmo la frase del primero: "A menudo los hombres desean amar y no lo logran. Buscan su derrota y no la encuentran; cabe decir que se hallan condenados a ser libres." (ídem.)
De ahí la precaución del Narrador de la Recherche que, tras determinar como aspecto más precioso de todo libro su primera edición, entendiendo por tal aquella en que por él fue leída y que así le ayudaría a reencontrar lo entonces experimentado ("Como el vestido bajo el cual vimos por vez primera a una mujer", 887) afirma que ni siquiera este interés fetichista podría justificar su conversión en bibliófilo… "pues las imágenes dejadas por el espíritu son fácilmente borradas por él." (ídem):
"En cuanto a los ejemplares de los libros, hubiera podido interesarme, por lo demás, en una acepción vivificadora. La primera edición de una obra me hubiera parecido mucho más digna de aprecio que las ulteriores, entendiendo por primera edición aquella en la que hubiera leído el libro por vez primera. Buscaría las ediciones originales, es decir aquellas en las que había recibido del libro una impresión original. Pues las impresiones siguientes ya no lo son. Coleccionaría para las novelas las encuadernaciones de antaño, las del tiempo en el que leí mis primeras novelas…Como el vestido con que vimos por vez primera a una mujer, estas encuadernaciones me ayudarían a reencontrar el amor de entonces, la belleza sobre la que había superpuesto tantas imágenes progresivamente menos amadas, para poder reencontrar la primera, yo que ya no soy aquel que la vio y que debe ceder el sitio al que yo constituía entonces, si éste reconoce la cosa que conoció y que mi yo actual ya no conoce." (ídem.)