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Físicos y metafísicos

Por 14 de enero de 2011 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Víctor Gómez Pin

Una de las cuestiones que mayormente desorienta al filósofo que busca en la física ayuda técnica para responder a sus propias interrogaciones es la proliferación de hermenéuticas en torno a los logros indiscutibles de la disciplina. Paradigmático a este respecto es la auténtica polémica relativa el concepto de tiempo.

Sentado que el tiempo  y el espacio absolutos de Newton carecen de realidad  física , no queda sin embargo claro que ello signifique la desaparición de referencia a un marco continuo en el que aquello que sí tiene realidad física acontece. Al nivel de la relatividad restringida basta referirse al mundo de Minkowski, continuo tetra-dimensional que, al decir del propio Einstein,  hubiera supuesto una decepción para Descartes si éste (en su lucha contra la idea de un marco condición de los fenómenos físicos y por consiguiente en sí mismo vacío) hubiera podido apostar a la teoría de la relatividad.

Pero en el registro  de la Relatividad  General, la ambigüedad persiste. Podemos considerar que la vivencia subjetiva del tiempo como memoria unidireccional (memoria del pasado y no del futuro, la cual Einstein calificaba de ilusión), tiene en realidad explicación en el segundo principio de la termodinámica, tal como lo concebía Boltzsmann. La vivencia del tiempo sería expresión subjetiva del paso de una situación de menor probabilidad a una situación de mayor  probabilidad. Cuando por razones en general bien difíciles de determinar, una situación poco probable se ha dado, entonces el sistema que refleja tal emergencia, caso de ser abandonado a sí mismo, se desliza naturalmente a la situación más probable, sin que haya marcha atrás en el proceso. Reflejado este proceso objetivo en  el espíritu humano tendríamos  esa "duración", de la cual, al decir de Bergson, el sentido común sería testigo. En suma:

Lo que para el filósofo francés era concordancia con la objetiva realidad del  transcurrir irreversible de un marco, de un tiempo absoluto y vacío que efectivamente pasa por que su esencia es el pasar, para Einstein era una ilusión psicológica que Boltzsmann tendría a explicar por la adecuación de nuestro psiquismo a la objetividad de los  procesos concordantes con la segunda ley de la termodinámica.

A modo de digresión señalaré que el proceso temporal en el sentido de Botzsmann, se interrumpe desde luego en el seno del lenguaje humano, simplemente cada vez que  algo muy poco probable surge del pantano de la vacuidad a la que casi siempre se halla reducida la palabra.  Asunto este que entre otras cosas explica que un narrador o un poeta tengan en ocasiones el sentimiento de estar venciendo el tiempo, tengan literalmente sentimiento de creación.

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Víctor Gómez Pin

Victor Gómez Pin se trasladó muy joven a París, iniciando en la Sorbona  estudios de Filosofía hasta el grado de  Doctor de Estado, con una tesis sobre el orden aristotélico.  Tras años de docencia en la universidad  de Dijon,  la Universidad del País Vasco (UPV- EHU) le  confió la cátedra de Filosofía.  Desde 1993 es Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), actualmente con estatuto de Emérito. Autor de más de treinta  libros y multiplicidad de artículos, intenta desde hace largos años replantear los viejos problemas ontológicos de los pensadores griegos a la luz del pensamiento actual, interrogándose en concreto  sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Esta preocupación le llevó a promover la creación del International Ontology Congress, en cuyo comité científico figuran, junto a filósofos, eminentes científicos y cuyas ediciones bienales han venido realizándose, desde hace un cuarto de siglo, bajo el Patrocinio de la UNESCO. Ha sido Visiting Professor, investigador  y conferenciante en diferentes universidades, entre otras la Venice International University, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la ENS de París, la Université Paris-Diderot, el Queen's College de la CUNY o la Universidad de Santiago. Ha recibido los premios Anagrama y Espasa de Ensayo  y  en 2009 el "Premio Internazionale Per Venezia" del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti. Es miembro numerario de Jakiunde (Academia  de  las Ciencias, de las Artes y de las Letras). En junio de 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.

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