
Víctor Gómez Pin
"Sí joven amigo –insistió con gesto de dignidad, al oír que seguían riéndose de él- me tira de los cabellos"
"El funcionario debería tener algo más de cincuenta años y era robusto, de talla mediana, calvo, con unos cuantos cabellos grises… vestía un frac negro hecho jirones con un único botón, que el hombre se abrochaba con el mayor cuidado, impulsado por una instintiva buena educación.
Catalina Ivanova se precipitó sobre su marido con el fin de escudriñar sus bolsillos. Marmeladov no ofreció la menor resistencia e incluso levantó un poco los brazos para facilitar el registro… Dejándose llevar por un arrebato de ira, cogió a su marido por el cabello y lo arrastró hasta el interior del cuartucho. Marmeladov siguió dócilmente apoyándose en las rodillas. ‘No crea que me siento enojado por esto’ -decía mientras tanto a Raskolnikov- ‘es un placer para mí, un verdadero placer, se lo aseguro’ -continuó mientras Catalina Ivanova le sacudía violentamente la cabeza, hasta conseguir que una vez rozara el suelo con ella.
…Entonces se abrió la puerta interior y en su hueco aparecieron los rostros, curiosos y burlones, de varios realquilados, tocados con casquetes redondos y fumando sus pipas o cigarrillos… Todos reían divertidos. Lo que más les regocijaba era oír decir a Marmeladov que le gustaba que le tiraran de los pelos."
Fedor Dostoievski. Crímen y castigo.