Víctor Gómez Pin
El proseguir año tras año abrasando la vida entre artificiosas querellas, puede tener como consecuencia el nihilismo. El sentimiento de general impostura se impone entonces. Se siente que aquellos que un tiempo atrás uno consideraba verídicos, o bien han dejado de serlo…o bien nunca realmente lo fueron. Lo de menos es que ello afecte a la clase política. Lo tremendo es cuando el nihilismo afecta a aquel cuya función esencial es dar testimonio de veracidad, cuando afecta al artista, al filósofo, o al explorador de las fronteras de la ciencia. Pues, no hay disposición artística ni cognoscitiva compatible con el conformismo, con la convicción de que la impostura es algo tan generalizado como en última instancia normal. En este terreno no vale la máxima de "Al Cesar lo que es del Cesar". Es un hecho que el artista puede sufrir una suerte de esquizofrenia entre abismos de indigencia moral y exigencia creativa, y al respecto ni siquiera es necesario evocar casos extremos como el del canalla Celine. Pero no hay manera de ser un pequeño burgués en el momento mismo en que se aspira a forjar una metáfora o avanzar un concepto.