
Víctor Gómez Pin
¿Qué ha sido de nosotros, cabe preguntarse para que lo que ayer describía respecto a Italia ocurra? Y digo de nosotros porque, en la competencia por dirigir el tiro a víctima más débil, el ex-comunista alcalde de Roma, se despachó el pasado invierno (aprovechando, eso sí, un traumático crimen) con un anatema sobre el conjunto de la comunidad de rumanos, llegando a afirmar (cito de memoria) que "antes de la llegada de estos emigrantes, Roma era la ciudad más segura de Europa", lo cual es simplemente falso; falsedad, de la cual el señor Veltroni era perfectamente consciente, lo que la convierte en llana mentira.
Ciertamente el señor Veltroni objetaría que cuando hizo aquella declaración tenía responsabilidades que comprometían a un sector político que se halla en la izquierda real, la izquierda compatible con la relación social de fuerzas; que no mostrar beligerancia en el caso del evocado crimen, hubiera sido irresponsable, pues la derecha no dejaría de explotar la aparente permisividad, etcétera; objetaría, en suma, como cierto policía torturador de Balzac, la imposibilidad de cocinar con guantes blancos…