Víctor Gómez Pin
Pues tras la muerte el Tiempo se retira del cuerpo, y los recuerdos- tan indiferentes, tan apagados – se borran en la muchacha que ya no existe, como se borrarán muy pronto en aquel al que todavía torturan, y en quien perecerán cuando no los alimente ya el deseo de un cuerpo vivo. (IV, 624)