Víctor Gómez Pin
Las columnas sobre la socialdemocracia han provocado varias reacciones críticas, alguna como la inmediata de mi amigo Felix de Azúa, a través de correo personal, otras expresadas aquí mismo. Un lector que firma un socialdemócrata hace por su parte duras objeciones a mi primer escrito, que se solapan con las de otros lectores o interlocutores y que encuentra un apoyo en el escrito del lector que firma vaya. He aquí un esbozo de respuesta a unos y otros
Empiezo por la pregunta final de un socialdemócrata:
"¿nos podría indicar exactamente en qué lugar del evangelio se cita la frase que Ud. señala que es evangélica? Teniendo en cuenta la numeración del texto bíblico será muy fácil hacérnosla encontrar, aunque supongo que le costará un rato ya que al parecer se la ha sacado de la chistera sin más." La chistera en este caso es más bien la de Mateo 25, 14-30. Transcribo:
‘…Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y
recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a
banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses.
Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los
diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará;
pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo
inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes." (Al final de este escrito presento el texto completo que es presentado como parábola sobre el reino de los cielos)
Me señala el lector que "la libertad está por encima de cualquier ideología, sistema político y religión". No puedo estar más de acuerdo. Simplemente estimo que es casi un sarcasmo hablar de libertad si se hace referencia a la vida de la inmensa mayoría de personas, ciudadanos de países en los que nunca ha existido el llamado "socialismo real", por lo que en consecuencia no cabe achacar tal miseria a ese sistema. Pero también constituye un sarcasmo decir que es libre la vida de los afectados en Europa por las actuales medidas impuestas por los mercados.
Precisa un socialdemócrata que "la libertad estaría por encima de esa igualdad imperativa y uniforme que adocenaba, anestesiaba, manipulaba y anulaba a todo individuo en el sistema comunista", y me atribuye el sostener que "el comunismo es la gran panacea a la crisis actual"
En absoluto propongo tal "panacea", simplemente porque si por comunismo entiende el lector el sistema desmoronado hace veinte años, no creo viable un retorno al mismo. Otra cosa es seguir considerando que la Revolución de Octubre encarnaba los grandes idearios de emancipación de la gran tradición ilustrada.
Y desde luego intento no confundir la "máxima subjetiva de acción" que movía a luchar por el ideario comunista, de las razones múltiples por las que el sistema de los soviets degeneró en estalinismo y control paranoico de la población. Me parece parcial intentar reducir este fracaso a motivos internos, y no en parte a la relación de fuerzas que hacía cada vez menos viable la universalización de la Revolución. En cualquier caso sigo considerando que los discursos que homologan fascismo (o franquismo) y comunismo son vejatorios para millones de personas y precisamente por la diferencia entre la "máxima subjetiva de acción" que movía a los que se reconocían en uno u otro ideario. Por decirlo llanamente: el fracaso de la Revolución de Octubre (su degeneración en estalinismo y posterior hundimiento) es una tragedia, un fracaso de los idearios racionales. El fracaso del fascismo (si realmente ha fracasado) constituye sin duda un bien para nuestra condición.
Respecto a las propuestas del ex-ministro de finanzas del Líbano, que yo citaba en mi texto un socialdemócrata señala "lo que habría que hacer es favorecer que estas condiciones sociales a las que él apunta pudieran ser viables facilitando a este respecto una política y acción posibilista, ¿no le parece?". Me parezca a mí o no, le pregunto, ¿tiene algún indicio de que esas "condiciones sociales" de posibilidad de dan o tienen visos de darse?
Último apunte: los calificativos que utiliza un socialdemócrata en su escrito, ¿son una muestra de cómo -a su juicio- habría que tratar en la sociedad de libertades por el preconizada a los que difieren de la propia opinión?
***
Felix de Azúa señalaba que en mi texto faltaba la consideración de una variable importante, a saber, que el auge de países como China, India o Rusia supondrían una desestabilización del sistema económico mundial y un inevitable empobrecimiento de Occidente, al cual estaríamos denominando crisis. Los tijeretazos actuales serían medidas imprescindibles para adaptarse a la situación de menor riqueza, que no podría seguir tolerando el mismo nivel de consumo.
No tengo objeción mayor. Simplemente señalo que estos recortes se hacen de tal manera que afectan en proporción inversa a la altura en la pirámide social (cuanto más abajo mayores "sacrificios") y que ello ocurre simplemente porque la socialdemocracia no se encuentra ya en condiciones de evitarlo.
Felix de Azúa me señalaba asimismo que hoy en día la economía no la gobiernan los estados sino lo que él califica de "mafias" Y precisa que el futuro "es negro , no porque el capitalismo sea el mal, sino porque el capitalismo ha sido vencido por el crimen organizado". Mi pregunta es: las agencias de valoración que de la noche a la mañana hunden la credibilidad de un país, ¿son parte del crimen organizado? Cuando el Señor Soros modificaba el estatus de la libra esterlina, ¿estaba realizando un acto criminal? Todo depende de qué entendemos por crimen. Estoy de acuerdo en que hoy los estados ya poco pintan, pero esta curiosa forma de anarquismo (¡qué lejos tanto del comunismo libertario como de la etapa final del socialismo, según el ideario de la Revolución de Octubre!) no significa superación del capital sino expresión del devenir de éste y de su tendencia a su concentración. El Señor Soros y unos pocos más sirven al dinero en lugar de servirse de él. Su poder constituye, en la lógica del sistema, pura justicia.
Los estados revelan hoy su impotencia a introducir algún tipo de norma correctora en los mercados y sólo parecen subsistir en la medida en que se ponen al servicio de los mismos. Pero ¿es esto realmente sorprendente? ¿No es lógico asociar esta impotencia de la legalidad a la vieja tesis de que abandonado a su propia dinámica el capital genera inevitablemente desorden, que puede suponer su propia destrucción? Obviamente Marx se hubiera quedad o estupefacto al ver que la contradicción no conduce a una involución social, sino a la emergencia de clanes y casi a la lucha de todos contra todos, a la barbarie y concomitante terror. Pero claro, esto ocurre tras el fracaso previo de las tentativas de cambiar realmente el orden en conformidad a ideales ilustrados, tras el fracaso del llamado socialismo real. La Revolución de Octubre fue realmente una suerte de parapeto, lo que en francés se designa con la expresión "garde fou". Y una vez vencida (entre otras cosas por caer en una forma de locura ella misma) la locura es ya universal "regla". Y con la locura inevitablemente la violencia y el miedo.
***
El lector que firma "Vaya" indica en mensaje dirigido " a un socialdemócrata":
.
"La cita evangélica es de Lucas 8, 18. El señor Pin no sólo la saca de contexto, sino que la manipula a su antojo, no se sabe si por ignorancia o por puro oportunismo.
La frase evangélica se refiere a la enseñanza de la verdad de Cristo. En el
versículo completo se empieza exhortando a los discípulos para que conozcan bien la doctrina de Cristo y la practiquen. Luego se dice esto, que significa que el conocimiento del Logos encarnado es progresivo y requiere un inicio; por contra, el descuido en ese conocimiento reportará una ignorancia total: "…se le quitará aun lo que cree tener".
No tengo delante el texto de Lucas, y no voy pues a pronunciarme sobre si significa o no lo que Vaya con tanta seguridad indica, pero a fin de que los lectores puedan juzgar por si mismos sobre el de Mateo, que yo sí citaba, transcribo la parábola en totalidad.
"El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al
ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno
dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su
capacidad; y se ausentó.
Enseguida, el que había recibido cinco
talentos se puso a negociar con ellos y ganó
otros cinco. Igualmente el que había
recibido dos ganó otros dos. En cambio el
que había recibido uno se fue, cavó un hoyo
en tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de
aquellos siervos, y ajusta cuentas con ellos.
"Llegándose el que había recibido cinco
talentos, presentó otros cinco, diciendo:
‘Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado.’
Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en
lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor.’
"Llegándose también el de los dos talentos
dijo: ‘Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he
ganado.’ Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has
sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.’
"Llegándose también el que había recibido un talento dijo:
‘Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste
y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra
tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo.’ Mas su señor le respondió:
‘Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y
recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a
los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los
intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los
diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará;
pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo
inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes."
Mateo 25, 14-30