Víctor Gómez Pin
Agradecimiento a Aristóteles
A lo largo de esta reflexión he tenido ocasión de poner de relieve el profundo agradecimiento a Aristóteles al que se haya obligado todo aquel que en el pensamiento filosófico encontró una razón de vida. Me permitiré evocar la emoción que embargó a muchos de los presentes cuando en un congreso que llevaba el título de "Aristotle and Contemporary Science" el pensador americano Hilary Putnam pronunció un discurso en lo que se creía ser la antigua población de Estagira, que es en cualquier caso una playa cercana a la Estagira real, y en cuyas aguas quizás de niño se bañaba Aristóteles.
Aristóteles nos ayudó a ser lógicos, a apercibir la importancia de establecer criterios que posibiliten la distinción y la clasificación, a aplicar estos criterios al ámbito primordial de la frontera entre lo inanimado y lo animado, a adentrarnos en el primer ámbito, a fin de descubrir los rasgos que permiten reconocer el ser en su elementareidad, a percibir la complejidad que en relación a tales rasgos supone la vida…
De la mano de Aristóteles, Linneo establecía sus calificaciones y del método clasificador de Aristóteles no se apartan excesivamente los genétistas contemporáneos. Aristóteles tuvo impresionantes intuiciones topológicas (lo que permitió que un matemático de nuestro tiempo lo caracterizara como el primer y más grande pensador del continuo) y en lo concerniente al tiempo tuvo una impresionante premonición del segundo principio de la termodinámica.
Aristóteles rechazó el vacío y defendió una concepción finitista del universo que los partidarios del modelo cosmológico de la esfera de Riemann nunca podrán rechazar de manera tan tajante como lo hacen con la infinitud vacía del espacio de Newton. Aristóteles intuye que la diferencia individual no es reductible a forma y por eso no hay ciencia de los individuos, asunto en el que no anda muy lejos la genética contemporánea, obligada a referirse a secuencias del genoma no codificadores de proteínas por cuya azarosa iteración dos individuos se distinguen (de ahí la dificultad para pasar de mapas genómicos de especies a determinación genómica de individuos) . Aristóteles introdujo la crucial distinción entre la entidad en potencia y la entidad en acto, aspecto por el cual es parcialmente redimido en el seno de la teoría que, por otro lado, con mayor radicalidad pone en tela de juicio los pilares mismos del aristotelismo. Aristóteles nos ayuda a percibir la causa que provoca la representación trágica y (aun no siendo ateniense) con su Constitución de Atenas nos da las claves del esfuerzo consistente en forjar un ámbito configurado por la ley.
En fin, sin la tarea de Aristóteles catalogando y mostrando los vínculos entre los problemas de sus predecesores, quizás no hubiéramos siquiera tenido acceso real a esos pensadores hoy llamados presocráticos. Por todo ello sería por así decirlo de mal nacidos reivindicar la actitud filosófica y no mostrar agradecimiento a Aristóteles. Y sin embargo…