Vicente Molina Foix
Es bueno no olvidar a Joan Perucho, y que vuelvan a las librerías sus obras y se conozca mejor su figura. Yo le descubrí por partes, leyéndole en mi adolescencia en la revista ‘Destino’, que no sé por qué razón llegaba a mi casa y me descubría a gente como Josep Pla, Álvaro Cunqueiro, Nestor Luján, Sebastià Gasch y, entre otros, Perucho. Pero Perucho, naturalmente, no sólo era el periodista culto y ocurrente de aquel singular semanario. Era el poeta de advocación surrealista asociado al grupo Dau al Set, el viajero real e imaginario, el descubridor temprano (en 1956) de la obra de Lovecraft, que tanto le influiría, el miniaturista en prosa y el novelista irónico y fantasioso; facetas de una rica personalidad que con el tiempo fui disfrutando y recoge muy bien Julià Guillamon en su reciente ‘Joan Perucho, cendres i diamants. Biografia d´una generació’, Galaxia Gutenberg, 2015.
Y para leer a Perucho y no sólo sobre él es muy recomendable la extensa antología (400 páginas) ‘Juan Perucho. De lo maravilloso y lo real’, publicada a finales del 2014 dentro de la magnífica Colección Obra Fundamental patrocinada por la Fundación Banco Santander y disponible en librerías. Aunque la prologuista y seleccionadora del volumen, Mercedes Monmany, cita la declaración de Perucho "por encima de todo, me siento poeta", se echa en falta alguna muestra poética suya (sus libros de distintas épocas ‘El mèdium’, ‘El país de les meravelles’ y ‘Els morts’ abundan en piezas excelentes), si bien el lector puede apreciar al poeta en prosa que fue y sí está representado en el libro generosamente. Autor bilingüe, como sus cercanos Pla y Cunqueiro, Perucho se auto-traducía a veces del catalán al castellano, mostrando en las dos lenguas sus recursos de gran escritor.
Es difícil destacar en un conjunto tan rico títulos concretos, pero me atrevo a hacerlo, señalando alguno de mis preferidos: ‘Diana y el Mar Muerto’, uno de sus estupendos cuentos mínimos, cualquiera de las historias apócrifas con las que se abre el volumen, o el repertorio selecto de brujos, magos, fantasmas, ocultistas, sabios y santos que ocupa dos de las secciones más suculentas de la antología. Es un acierto el haber compilado en la parte final retazos memoriales, recuentos de viajes por Europa y Oriente y un florilegio de artículos, entre los que destaca ‘El nacionalismo’, de mordiente ironía.
Lo que juiciosamente no incluye ‘De lo maravilloso y lo real’ son obras novelísticas, que fragmentadas pierden sentido. Pero estoy seguro de que el lector que descubra a través de las piezas breves la alta escritura de Perucho (fallecido en 2003) buscará alguna de sus numerosas novelas. En esa categoría siento debilidad por ‘Las historias naturales’, aparecida en 1960 y reeditada más de una vez desde entonces. Es el libro que dio a conocer a Perucho también fuera de nuestro país, revelando a un autor situado en la misma órbita que Borges o Calvino. La peripecia de su protagonista, Antonio de Montpalau, investigando sobre el trasfondo de las guerras carlistas la desaparición de la tierra de la misteriosa "avutarda géminis’ nos lleva de sorpresa en sorpresa, y termina con un divertido índice onomástico en el que tienen cabida criaturas como el ‘áurea picuda’, el ‘otorrinus fantasticus’ o el ‘phallus impúdicus’, una "seta vergonzante" capaz de curar la alopecia.