Vicente Molina Foix
La mejor película del año no ha sido estrenada en los cines, pero está visible. Hace más de tres lustros, para conmemorar el centenario del séptimo arte, una editorial francesa publicó en un bellísimo libro de gran formato una ‘Anthologie du cinéma invisible’, que se componía de guiones escritos, entre vivos y muertos, por figuras de la talla de Artaud, Pavese, Brecht, Magritte, Gómez de la Serna, García Lorca, Duchamp, Zweig, Maiakovski, Sartre, entre otros muchos hasta completar la cifra de cien. Eran guiones nunca realizados, o más bien sueños fílmicos de poetas, pintores, dramaturgos y novelistas que usaban la literatura para imaginar el cine.
La película a la que me he referido al comienzo, ‘La Morte Rouge’, pasó por suerte del papel a la imagen, del sueño a la realidad, y constituye el último trabajo extenso de Víctor Erice, el mayor cineasta español contemporáneo y desde 1992 el más involuntariamente secreto. En ese año se estrenó su excelente largometraje sobre la labor pictórica de Antonio López, ‘El sol del membrillo’, aunque Erice no ha descansado desde entonces; hizo y sigue haciendo pequeños films independientes, trabajó largamente en una frustrada adaptación de la novela de Marsé ‘El embrujo de Shangai’, de la que queda sin embargo publicado su extraordinario guión, intercambió con el director iraní Kiarostami una correspondencia en vídeo, y realizó dos encargos que resultaron ser dos obras maestras, ‘Alumbramiento’, que data del 2002, y ‘La Morte Rouge’, filmada en el 2006. Ahora se han distribuido por la firma Rosebud (en colaboración con el FNAC), en un dvd de contenido y calidad excepcional, con un par de ‘extras’ muy interesantes y una extensa y elocuente conversación de Erice con el crítico Manuel Asín.
‘Alumbramiento’ dura 11 minutos, ‘La Morte Rouge’ 34, pero en esos tres cuartos de hora encontramos innumerables momentos de gran cine, y, en el caso del mediometraje, tal vez la obra más personal y reveladora del director donostiarra. ‘Alumbramiento’ formó parte en su día de un largometraje difundido en las salas comerciales de algunos países con poca resonancia, pese a ser sus autores Werner Herzog, Jim Jarmusch, Chen Kaige, Spike Lee, Aki Kaurismäki y Wim Wenders, además de Erice. Con una bellísima fotografía en blanco y negro de gran riqueza cromática, firmada por otro magnífico artista semi-olvidado, Ángel Luis Fernández, ‘Alumbramiento’ es un poema lírico sobre el nacimiento de un niño, sobre una guerra, una canción popular, una mancha de sangre y el compás de un tiempo que adquiere los perfiles de una epopeya privada.
Cuatro años después de aquel film colectivo (de muy desigual calidad, todo hay que decirlo), Erice realizó con producción del CCC de Barcelona y La Casa encendida de Madrid ‘La Morte Rouge’, exhibida sólo en el marco de las correspondientes exposiciones allí celebradas. Escrita y narrada por el mismo director, con una cadencia vocal que a ratos llega a ser una hipnótica salmodia, ‘La Morte Rouge’, nombre de la ciudad misteriosa de un film de terror, ‘La garra escarlata’, que obsesionó al niño Erice espectador del suntuoso y hoy desaparecido Kursaal de San Sebastián, nos alumbra sobre el poder especular del cine, sobre la intrahistoria de nuestro país, sobre los mecanismos de la ficción, todo ello con la textura de un relato de iniciación que intriga tanto como conmueve.