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Testimonios del horror domesticado.

Por 28 de marzo de 2016 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Roberto Herrscher

Durante 17 años, las autoridades públicas y fundaciones privadas encargadas de velar por el bienestar de niños en peligro enviaron decenas de infantes a la casa de David Donet en el pueblo de Castelldans, en Lleida. Varias veces al año, un grupo de inspectores profesionales entrevistaba a Donet y a sus niños acogidos y se aseguraba de que todo fuera bien.

Pero el 27 de junio de 2013, a raíz de una denuncia de la madre de otro niño, a quien Donet pedía fotos “insinuantes” por Internet, la policía entró en su casa y encontró miles de fotos, videos y “recuerdos” de relaciones sexuales con varios de sus menores acogidos. Hoy Donet cumple una pena de 51 años de cárcel, después de haber confesado delitos de pederastia y violación de la intimidad de los niños. Los medios locales bautizaron el caso con el nombre de “la casa de los horrores”

Pero pronto algo muy extraño comenzó a emerger: las principales víctimas, ahora mayores, se solidarizaban con su maltratador, lo defendían, querían ayudarlo. Hasta se ofrecían a pagar la fianza. Y lo seguían llamando “padre”. 

¿Qué había pasado en esa casa? ¿Quién era este genio del mal, que durante tanto tiempo había podido engañar a tantos? ¿Cómo contar esta tragedia que produce asco y rabia? ¿Cómo entrar en el corazón de esta historia de maldad, enfermedad, dolor, desamparo, podredumbre sexual y mentes perturbadas? ¿Desde dónde?

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El periodista de investigación Carles Porta pensó que la mejor manera era dejar que las voces principales hablaran, contaran, reflexionaran, recordaran. Sin intermediarios, como si se tratara de una obra de teatro en donde cuatro personajes enfrentan al público a cara descubierta y desgranan en monólogos sus certezas, sus dudas y sus culpas.

Después de entrevistar a decenas de víctimas, testigos, policías y funcionarios, Porta eligió cuatro voces para desgranar esta cadena de desastres: en primer lugar habla el policía que sospechó, luchó para conseguir el permiso judicial para entrar a la casa y encontró las pruebas incriminatorias. Después, la víctima principal, un joven que entró a la casa de Donet a los 11 años y que encuentra normal la forma en que éste lo trataba. En tercer lugar, el monstruo, un hombre suave y gentil. Dice que se arrepiente pero nunca sabremos si de verdad lo siente. Y por último, la directora de una de las entidades que enviaba niños a la casa donde, sin saberlo, muchos de ellos fueron abusados.

Cada uno comienza por contar el momento en que sus destinos se cruzaron. Vemos la escena de la entrada de los policías en la casa y el descubrimiento de un cuarto secreto lleno de cámaras, fotos y cintas de video desde los puntos de vista de todos los personajes y el efecto es perturbador y fascinante: a diferencia de Rashomon, la película de Akira Kurosawa, aquí los hechos son básicamente los mismos. Pero las sensaciones son muy distintas. El policía está asqueado; el criminal está hundido; el niño… es muy difícil describir lo que le sucede en ese momento a la víctima principal, el niño del que Donet se había enamorado, del que había abusado durante años y que ya adulto, había formado una extraña sociedad con su maltratador. Lo escuchamos pero no lo terminamos de entender. Tal vez de eso se trate.

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Escuchando esta historia cuatro veces vamos entrando en un mundo más complejo y ambiguo de lo que suponíamos al principio. Cada uno cuenta su historia de vida, su forma de vivir y sobrevivir, sus sueños y pesadillas. Con gran sensibilidad, Porta trata con igual respeto a los cuatro. Somos nosotros, los lectores, los que condenamos. El libro es un ambicioso viaje a lo profundo del mal.

En la solapa del libro se lo compara con los grandes ejemplos de relatos de crímenes reales, sobre todo A sangre fría, de Truman Capote. Sin embargo, creo que se inscribe mejor en el “testimonio”, una corriente que acaba de darle al periodismo dos de los principales premios literarios.

La bielorrusa Svetlana Alexievich (autora de Las voces de Chernóbil y La guerra no tiene rostro de mujer) ganó el Nobel de literatura el año pasado. La mexicana Elena Poniatowska (famosa por La noche de Tlatelolco y Hasta no verte Jesús mío) ganó el Cervantes en 2014. Las principales obras de ambas dan la voz cantante a los personajes, que le cuentan su historia al lector en primera persona. En estas obras, los monólogos se construyen con pericia desde la arquitectura y el ritmo. La voz literaria se basa en las transcripciones de muchas y largas entrevistas, pero no son un atestado notarial o policial: son a la vez la verdad y un artificio.

Con Le llamaban padre, Carles Porta se inscribe en esta escuela del testimonio, una rama del periodismo literario que tenía grandes referentes en Europa del Este, Latinoamérica y Estados Unidos pero hasta ahora no había atracado en estas costas. Y nos regala una historia atroz, con la que nos costará dormirnos al apagar la luz.

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Roberto Herrscher

Roberto Herrscher es periodista, escritor, profesor de periodismo. Académico de planta de la Universidad Alberto Hurtado de Chile donde dirige el Diplomado de Escritura Narrativa de No Ficción. Es el director de la colección Periodismo Activo de la Editorial Universidad de Barcelona, en la que se publica Viajar sola, director del Premio Periodismo de Excelencia y editor de El Mejor Periodismo Chileno en la Universidad Alberto Hurtado y maestro de la Fundación Gabo. Herrscher es licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires y Máster en Periodismo por Columbia University, Nueva York. Es autor de Los viajes del Penélope (Tusquets, 2007), publicado en inglés por Ed. Südpol en 2010 con el nombre de The Voyages of the Penelope; Periodismo narrativo, publicado en Argentina, España, Chile, Colombia y Costa Rica; y de El arte de escuchar (Editorial de la Universidad de Barcelona, 2015). En septiembre de 2021 publicó Crónicas bananeras (Tusquets) y su primer libro colectivo, Contar desde las cosas (Ed. Carena, España). Sus reportajes, crónicas, perfiles y ensayos han sido publicados The New York Times, The Harvard Review of Latin America, La Vanguardia, Clarín, El Periódico de Catalunya, Ajo Blanco, El Ciervo, Lateral, Gatopardo, Travesías, Etiqueta Negra, Página 12, Perfil, y Puentes, entre otros medios.

 

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