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Bru Rovira rescata las voces de los cooperantes

Por 9 de marzo de 2018 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Roberto Herrscher

Bru Rovira es probablemente el secreto mejor guardado del periodismo literario en español. Tal vez porque crea desde los márgenes, especialmente sobre África y Latinoamérica, pero también de las calles del llamado “cuarto mundo”, el de los pobres de Europa. Y porque no ha entrado en los mecanismos de promoción y fama de los grandes grupos editoriales.

Casi toda su carrera ha escrito en medios catalanes (muchos años en el Magazine de La Vanguardia, donde publicó una serie sobre el Congo con el que ganó el Premio Ortega y Gasset en 2004) y ahora publica en nuevos medios como el diario Ara, y revistas digitales, como Altaïr.

Sus libros no persiguen a grandes personajes televisivos, sino a los anónimos sufrientes de los dramas del presente. Desde niños heridos por la guerra hasta víctimas de violación en África, pueblos indígenas en Guatemala, ancianos solos en Barcelona (su reportaje Más solos que la una, en el Magazine, es ya un clásico de la empatía), hasta los perdedores de la bonanza económica de principios de siglo (Solo pido un poco de belleza, el estremecedor mundo de un grupo de ancianos en busca de dignidad en el Raval barcelonés).

Esta vez la editorial de la exquisita librería de viajes y revista Altaïr publica los relatos en primera persona de 17 cooperantes de la prestigiosa ONG Médicos sin Fronteras con los que Rovira se ha ido encontrando en guerras, hambrunas, crisis ambientales y dramas de refugiados. Los testimonios, que recorren dos décadas y cuatro continentes, muestran tres caras del sufrimiento y la esperanza.

En primer lugar, las víctimas: los voluntarios están en primera línea, al pie de las historias de injusticias, muertes y torturas que afectan a los perdedores del mundo. En Kosovo, en Afganistán, en Angola, en Yemen, en Haití y ahora en las aguas del Mediterráneo, a través de los ojos de estos jóvenes españoles, que son nuestros ojos, vemos y escuchamos el drama de los más vulnerables de entre las víctimas de conflictos y accidentes naturales.  

Como por ejemplo, el relato de Carlos Ugarte sobre lo que encontró en su regreso a Kosovo tras los peores combates: “Las calles estaban desiertas aunque por alguna razón te sentías permanentemente observado. Edificios destruidos, casas quemadas. Nos dirigimos al hospital y nada más entrar escuchamos un grito desgarrador. Estaban operando a un hombre sin anestesia. En la primera planta todo permanecía a oscuras, afuera llovía. La tensión se cortaba con cuchillo. En la enfermería encontramos a dos enfermeras abrazadas llorando. Una era serbia, la otra kosovar”.

Pero además de mostrarnos el mundo de los sufrientes, estos testimonios son autorretratos de los generosos cooperantes. Funcionan, tal como los libros de la bielorrusa Svetlana Alexiévich, como monólogos en los que el personaje se va internando desde el recuento de hechos en su forma de haberlos vivido y recordarlos, su  emoción y sus sueños y temores. Como Pilar Bauza, quien fue secuestrada junto con su compañera Mercedes en Somalia: “Las noches eran muy frías, tanto que la mandíbula se me disparaba. La primera noche, uno de ellos, al ver cómo me repiqueteaban los dientes, se quitó el turbante que llevaba y me lo dio para que me tapara. Mercedes y yo dormíamos juntas, bien apretadas. Aunque yo no conseguí dormir nunca. Inclus8o después del secuestro, tardé dos semanas en poder dormir”.

Y la tercera parte de la historia, la otra mirada, es la del mismo periodista. Rovira presenta, entrevista, trata de comprender a estos profesionales y técnicos que dedican su juventud a ayudar a los demás, lejos de casa, lejos de las comodidades, con el celo de un misionero y la santa vergüenza de los europeos que intentan, en la pequeña medida de sus posibilidades, revertir el mal que los poderosos de su mundo causan en el castigado sur del planeta.

Se ha comparado a Rovira con el gran cronista de África en el siglo XX, el polaco Ryszard Kapuscinski. Sin embargo, en este libro su método y su estilo se acercan más a los de Alexiévich.

El ‘yo’ de Bru Rovira es más una mirada que un actor, poco afecto a hablar de sí mismo, apostado en los mismos lugares que sus personajes pero viéndose a sí mismo como un testigo de la valentía y la claridad de análisis de los otros. Sin embargo, al final de El mapa del mundo de nuestras vidas, es su mirada la que nos lleva a entender el valor del trabajo de estos cooperantes y a preocuparnos por los “otros” del mundo.  

 

El mapa del mundo de nuestras vidas. Bru Rovira. Altaïr. 382 páginas. 

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Roberto Herrscher

Roberto Herrscher es periodista, escritor, profesor de periodismo. Académico de planta de la Universidad Alberto Hurtado de Chile donde dirige el Diplomado de Escritura Narrativa de No Ficción. Es el director de la colección Periodismo Activo de la Editorial Universidad de Barcelona, en la que se publica Viajar sola, director del Premio Periodismo de Excelencia y editor de El Mejor Periodismo Chileno en la Universidad Alberto Hurtado y maestro de la Fundación Gabo. Herrscher es licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires y Máster en Periodismo por Columbia University, Nueva York. Es autor de Los viajes del Penélope (Tusquets, 2007), publicado en inglés por Ed. Südpol en 2010 con el nombre de The Voyages of the Penelope; Periodismo narrativo, publicado en Argentina, España, Chile, Colombia y Costa Rica; y de El arte de escuchar (Editorial de la Universidad de Barcelona, 2015). En septiembre de 2021 publicó Crónicas bananeras (Tusquets) y su primer libro colectivo, Contar desde las cosas (Ed. Carena, España). Sus reportajes, crónicas, perfiles y ensayos han sido publicados The New York Times, The Harvard Review of Latin America, La Vanguardia, Clarín, El Periódico de Catalunya, Ajo Blanco, El Ciervo, Lateral, Gatopardo, Travesías, Etiqueta Negra, Página 12, Perfil, y Puentes, entre otros medios.

 

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