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Ficha técnica

Título: Una y otra vez | Autor: Kate Atkinson | Traducción: Patricia Anton de Vez Ayala-Duarte  |Editorial: LUMEN | Formato: Tapa dura con sobrecubierta | Páginas: 680 | Medidas: 158 X 236 mm | Temáticas: Ficción Moderna y Contemporánea | ISBN: 9788426400505 | Precio: 22,90 euros | Ebook: 10,99 euros

Una y otra vez

Kate Atkinson

LUMEN 

¿Y si pudieras vivir tu vida una y otra vez hasta conseguir el destino perfecto? La protagonista nos narra de forma fragmentada su vida en la que regresa una y otra vez a unos mismos hechos con resoluciones distintas, llegando incluso a cambiar el destino de Europa del SXX.

Que Úrsula Todd muera a las pocas horas de nacer en una casa de campo inglesa a principios de 1910 y que a la vez, el médico llegue a tiempo para salvarla son dos hechos perfectamente compatibles en Una y otra vez, una novela que ofrece siempre dos alternativas a su protagonista. Así, Úrsula tendrá varias oportunidades de cambiar su destino, el de su familia e incluso el de toda Europa. Y no se trata solo de vivir una nueva vida, sino de hacer algo con lo que la mayoría hemos soñado alguna vez: borrar aquellos episodios del pasado que hablan mal de nosotros. Gracias a un perfecto dominio en la creación de ambientes y personajes, Atkinson consigue varias novelas en una sola. Trágica en ocasiones, divertida en otras, pero siempre intrigante, la gran autora inglesa cuenta una historia pero es como si contara cientos de ellas.

En ocasiones la línea entre la vida y la muerte es muy fina, igual que pequeños detalles, minúsculos giros, golpes azarosos e imprevistos en apariencia insignificantes determinan nuestro destino -y el de nuestro entorno y hasta el curso de la historia- de forma radical y misteriosa. A través del personaje de Ursula Todd, atrapada en un círculo de nacimientos y fallecimientos, Atkinson nos muestra cuántos caminos paralelos puede tomar una existencia, el caprichoso modo en que la casualidad, la suerte, el absurdo y decisiones que se dirían irreflexivas, casi inconscientes, se confabulan para labrar la trayectoria de un individuo. Una y otra vez sigue los pasos de diversas Ursulas que, en el fondo, configuran solo una, si bien zarandeada por los hilos invisibles de una divinidad (o un diablillo) que se mueve entre la generosidad y la crueldad, la compasión y la puñalada. Entre la infancia/adolescencia -décadas de 1910 y 1920- y la juventud/edad adulta -décadas de 1930 y 1940, con un salto hasta el año 1967- el lector la acompañará por un número limitado de fechas que se repiten con variaciones, unas veces sutiles y otras dramáticas, cambiando radicalmente el guión de su vida y también el de sus seres más cercanos. Momentos inocentes (una escapada a la playa, un paseo por el jardín…) y momentos cargados de dramatismo (un bombardeo de la aviación alemana, el rescate de víctimas bajo los escombros, un refugio antiaéreo, la lucha contra el frío y el hambre…) son susceptibles de desenlaces completamente opuestos.

Kate Atkinson nos conduce desde la bucólica campiña inglesa por la que se cuelan peligros insospechados hasta el espanto del Londres sometido a la Blitzkrieg e incluso al Berghof, el refugio de Hitler en la montaña, por las que asoman instantes de esperanzadora fe en el género humano. La salvación o la muerte, el amor o la pérdida, la violencia o la dicha, la enfermedad o la curación devienen caras de una misma moneda. La clave radica en de qué lado cae y qué puede decantar si será uno u otro. Con un perfecto dominio de diferentes registros literarios y una sólida construcción de ambientes y personajes, la autora borda este ejercicio literario que consiste en escribir varias novelas en una sola. De hecho, Gillian Flynn, la autora de Perdida, ha declarado que en ella ha encontrado una de las mejores ficciones que ha leído en lo que va de siglo.

«Una de las mejores novelas que he leído en lo que va de siglo.» Gillian Flynn, autora de Perdida

«¿La historia de una familia? Sí… pero en manos de Kate Atkinson eso se convierte en obra maestra.» The Guardian

Noviembre de 1930

La recibió una bocanada de humo de tabaco y aire bochornoso cuando entró en el café. Fuera llovía, en los abrigos de pieles de algunas mujeres del local aún temblaban gotitas cual delicado rocío. Un regimiento de camareros con delantales blancos se movía rítmicamente de un lado a otro satisfaciendo las necesidades de los ociosos Münchner: café, pasteles y cotilleos.

Estaba en una mesa al fondo, rodeado por sus seguidores y aduladores habituales. Había una mujer que ella nunca había visto, una rubia platino con permanente y muy maquillada; una actriz, por la pinta que tenía. La rubia encendió un cigarrillo convirtiendo el gesto en un acto fálico. Todo el mundo sabía que a él le gustaban las mujeres recatadas y de aspecto saludable, preferiblemente bávaras. Con aquellos vestiditos tiroleses y calcetines hasta la rodilla, santo Dios.

La mesa estaba a rebosar. Bienenstich, Gugelhupf, Käsekuchen. Él tomaba una porción de Kirschtorte. Le encantaban los pasteles. No era de extrañar que estuviera tan pálido y demacrado, le sorprendía que no fuera diabético. El cuerpo blando y repelente bajo la ropa (ella lo imaginaba como masa de repostería) nunca se exhibía en público. No era un hombre varonil. Sonrió al verla y se incorporó un poco.

-Guten Tag, gnädiges Fräulein -dijo, e indicó la silla a su lado.

El lameculos que la ocupaba se levantó de un salto para cederle el sitio.

-Unsere Englische Freundin -le dijo él a la rubia, que soltó una lenta bocanada de humo y la observó sin interés.

-Guten Tag -saludó por fin. Era berlinesa.

Ella dejó el bolso, con su pesada carga, en el suelo junto a la silla y pidió Schokolade. Él insistió en que probara el Pfl aumen Streusel.-Es regnet -repuso ella por todo comentario-. Llueve.

-Sí, llueve -contestó él en inglés con mucho acento. Y rió, satisfecho con su intento.

Todos los que estaban sentados a la mesa rieron también.

-Bravo -exclamó alguien-. Sehr gutes Englisch.

De aparente buen humor, él se dio golpecitos en los labios con el índice y esbozando una sonrisita, como si oyera mentalmente una melodía.

El Streusel estaba delicioso.

-Entschuldigung -murmuró ella, y hurgó en el bolso para sacar un pañuelo con las esquinas bordadas y sus iniciales, «UBT»; un regalo de cumpleaños de Pammy.

Se dio educados toquecitos en los labios para limpiarse las migajas de Streusel y volvió a inclinarse para dejar el pañuelo en el bolso y sacar el pesado objeto que anidaba en él: el viejo revólver de servicio de su padre en la Gran Guerra, un Webley Mark V.

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Kate Atkinson

Kate Atkinson es una reconocida autora británica que en 1995 ganó el Premio Whitbread por su primera novela, Entre bastidores, a la que siguieron Juegos de interiory Una historia singular.Con su incursión en el género policíaco, Atkinson creó al detectiveJackson Brodie, un espléndido personaje que protagoniza Esperando noticias y Me desperté temprano y Saqué al perro (ambas publicadas por Lumen),cuyas aventuras han sido llevadasa la pequeña pantalla por la BBC.Una y otra vez es la novela que marca la vuelta de la gran autora a la ficción pura y dura, un paso más en su carrera que ha sido aplaudido por el público y la crítica.© de la fotografía Euan Myles

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