Ficha técnica
Título: Todo el tiempo del mundo | Autor: E.L Doctorow | Editorial: Miscelánea | Colección: Narrativa | Género: Novela | ISBN: 978-84-9386-446-0| Páginas: 304 | PVP: 19,00 € | Publicación: 21 de Mayo de 2012
Todo el tiempo del mundo
E.L Doctorow
Desde Ragtime y Billy Bathgate a La feria del mundo, La gran marcha y Homer y Langley, la ficción de E. L. Doctorow resulta un logro de las letras norteamericanas modernas. Con Todo el tiempo del mundo, el autor nos ofrece una colección de relatos inteligentes y sorprendentes, que tratan, según sus propias palabras de «personas enzarzadas en alguna forma de liza con el mundo imperante.»
Un hombre que cuando acaba una jornada de trabajo habitual se aleja de su familia y de su entorno de clase media alta para volver al barrio donde vivió con su familia
Un estudiante universitario acepta un trabajo como lavaplatos y se ve envuelto en un trama criminal después de aceptar casarse con una hermosa inmigrante ilegal por dinero.
La tensa relación que tiene un matrimonio se ve exacerbada por la aparición de un extraño que dice haber crecido en la casa que ahora es el hogar de la pareja.
Un urbanita se encuentra transportado como por arte de magia a una ciudad que no es la suya durante su carrera matutina.
Estos seis relatos que nunca antes habían sido publicados en un libro, Todo el tiempo del mundo constituye una nueva oportunidad de saborear el genio de este maestro de las letras estadounidenses.
«Sin ego, franco, espontáneo, en conjunto maravilloso.» San Francisco Chronicle
«Los cuentos de Todo el tiempo del mundo no parecen pertenecer a ningún estilo o escuela, sino nacer de sus propias visiones solitarias.» Wall Street Journal
«No importa dónde estén ambientadas, estas historias memorables reflejan la profunda capacidad de su autor para entender la fragilidad humana y su inclinación al desencanto.» The Miami Herald
Prefacio
Una novela puede nacer en tu cabeza en forma de imagen evocadora, fragmento de conversación, pasaje musical, cierto incidente en la vida de alguien sobre el que has leído, una ira imperiosa, pero, sea como sea, en forma de algo que propone un mundo con significado. Y por tanto el acto de escribir tiene carácter de exploración. Escribes para averiguar qué escribes. Y mientras trabajas, las frases pasan a ser generadoras; el libro prefigurado en esa imagen, en ese retazo de conversación, empieza a aflorar y participa él mismo en su composición, diciéndote qué es y cómo debe realizarse.
En cambio, un relato suele presentarse como una situación, hallándose los personajes y el escenario irrevocablemente unidos a ella. Los relatos se imponen, se anuncian a sí mismos, su voz y sus circunstancias están ya decididos y son inmutables. No se trata de encontrar el camino para llegar a ellos; han llegado por propia iniciativa y, más o menos enteros, exigiéndote que lo dejes todo y los escribas antes de que se desvanezcan como se desvanecen los sueños.
Cada forma narrativa viene acompañada de sus propias satisfacciones: en el caso del relato, el gran peso de las frases, habiendo tan pocas como hay; el beneficio rápido de una inversión estética.