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Ficha técnica

Título: Mapa dibujado por un espía | Autor: Guillermo Cabrera Infante | Editorial: Galaxia Gutenberg | Colección: Narrativa | Páginas: 400 pp. | ISBN: 978-84-15472-76-6 | Precio: 21 euros

Mapa dibujado por un espía

Guillermo Cabrera Infante

GALAXIA GUTENBERG 

Entre los textos inéditos dejados por Guillermo Cabrera Infante al morir, está Mapa dibujado por un espía. Se trata de una autobiografía novelada en la que el autor narra su retorno a Cuba unos años después de la Revolución para asistir al entierro de su madre. El libro gira al entorno de una Cuba redescubierta donde la revolución ha ido empobreciendo a la población y atemorizándola ante la represión política. El encarcelamiento de los homosexuales, el silenciamiento de los escritores críticos, el cierre de empresas y negocios particulares son muestra del deterioro de un país y una sociedad que tantos sueños había alimentado.

La mirada lúcida y descarnada de Cabrera Infante pasa revista a una realidad que muchos en aquellos años y todavía décadas después se obstinaron en ignorar.

 

 

Prólogo

 

Ciertas criaturas parecen haber sido creadas por la Divina Providencia, por la Naturaleza o por el Azar con el solo propósito de encarnar una metáfora – a la que precedieron en eones geológicos o por toda una eternidad. Tal la serpiente, por ejemplo, o la paloma, utilizadas hasta la deformación física, hasta su monstruosa recreación mítica, por diversos poetas hebreos ocultos tras el anónimo bíblico. Otros animales, como el perezoso o el chacal, personifi can desde su mismo nombre actitudes morales a las que son, está de más decirlo, ajenos. Igualmente, algunos hombres son poco más que una presencia metafórica, como esa fi gura de la metafísica del mal histórico en los tiempos modernos, el Hombre de la Máscara de Hierro, que inaugura la tradición y encarna la leyenda del preso político desconocido. Otros hombres son más presciencia que presencia y llegan a anteceder por años aquel momento histórico al que resultan imprescindibles como metáfora.

Un siglo antes su nombre habría tenido en Cuba una signifi cación distinta. Los Aldama no sólo pertenecían a la aristocracia criolla: ellos eran la aristocracia de la aristocracia criolla: es decir que encarnaban la idea de la aristocracia en Cuba. Uno de los Aldama, Miguel, se mandó a hacer un palacio a la medida, como si lo encargara a un sastre, construido sin escatimar en piedra de cantería, mármoles y maderas preciosas. Adorno central, estaba al comienzo de uno de los más hermosos paseos de La Habana y, aunque el paseo fue luego una calle comercial y es ahora una calle fea, allí está todavía, convertido en museo colonial, su antiguo frontis multicolor raspado hasta la piedra desnuda y vuelto a cubrir por el hollín del siglo veinte, que lo ennegreció como si se tratara no del original en tres dimensiones sino de su reproducción litográfi ca. Sus largas columnas exteriores muestran, ya desde la suntuosa entrada neoclásica – la fachada es el espejo del alma del amo – , que su dueño había importado no sólo sus ideas políticas sino su estilo de vida de la Francia apodada Revolucionaria. Pero en su fuero interno Miguel Aldama aspiraba a ser lo contrario de un francés, es decir, un inglés oculto por una puerta íntima.

Había en su palacio una joya inaugural – el primer toilet inodoro que se instalaba en América. Este Aldama era un noble patricio que protegía las artes y las letras y abría las puertas de su palacio cada viernes para convertirlo en un salón literario. Era también un patriota noble y sus doblemente francas opiniones políticas le atrajeron la atención de las autoridades españolas primero y luego le trajeron el exilio. Como toda la aristocracia criolla, los Aldama eran esclavistas. Sus ingenios azucareros, sus plantaciones de caña y tabaco y sus mansiones, haciendas y personas, eran atendidos por miles de esclavos importados de África. Según la costumbre de la época, los esclavos de los Aldama también se llamaban Aldama. Por ironías de la historia o de la biología los Aldama blancos y aristócratas desaparecieron con el siglo de su apogeo y hoy el apellido ilustre de ayer lo llevan solamente los descendientes de sus esclavos negros. Pablo, alias Agustín, Aldama está vivo y es, por supuesto, nieto o bisnieto de esclavos. Aunque es posible que por sus venas corra alguna de la sangre de los Aldama originales, ya que más que negro es mulato oscuro.

 

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Guillermo Cabrera Infante

Guillermo Cabrera Infante nació en Gibara, provincia de Oriente, Cuba, el 22 de abril de 1929 y falleció en Londres el 21 de febrero de 2005. Su vocación literaria fue muy temprana. Estudió periodismo y en 1954, con el seudónimo de G. Caín, empezó a ejercer como crítico cinematográfico en la revista Carteles, de la que llegaría a ser jefe de redacción. Fue fundador y director del magazine literario Lunes de Revolución hasta su cierre en 1961. En 1962 viajó a Bélgica como agregado cultural. Regresó a Cuba, en 1965, a los funerales de su madre, renunció a la diplomacia y se exilió en Europa. Desde 1966 vivió en Londres en compañía de Miriam Gómez, con quien se había casado en 1961, y que se convertiría en su compañera inseparable.   Su obra literaria se inició con el volumen de relatos Así en la paz como en la guerra (1960), al que siguieron, entre otros títulos, la novela Tres tristes tigres, que obtuvo en 1964 el premio Biblioteca Breve, Vista del amanecer en el Trópico (1974), La Habana para un infante difunto (1979), o sus libros de cuentos recogidos en el volumen Todo está hecho con espejos (1999). Su obra ensayística se extiende por todo tipo de registros: los escritos sobre cine Un oficio del siglo XX (1963), Arcadia todas las noches (1978) o Cine o sardina (1997); colecciones de artículos y ensayos, como O (1975), Exorcismos de esti(l)o (1976); y las reflexiones de índole política Mea Cuba (1992). Mención aparte merece su memorable homenaje al tabaco Holy Smoke, escrito originalmente en inglés (1985) y que años más tarde vería la luz en español con el título de Puro humo (2000). También escribió varios guiones, entre ellos el de la película de culto Vanishing Point (1971). Considerado como una de las voces más brillantes y personales de la literatura en lengua española, recibió el premio Cervantes en 1997. En 2009, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores publicó una de sus novelas póstumas, La ninfa inconstante. 

Obras asociadas
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