
Ficha técnica
Título: Luz y oscuridad | Autor: Natsume Soseki | Traducción: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés | Editorial: Impedimenta | ISBN: 978-84-15578-94-9 | Formato: 14 x 21 cm | Páginas: 448 | Precio: 19,95 euros
Luz y oscuridad
Natsume Soseki
En opinión de muchos críticos, la moderna literatura japonesa comenzó con Luz y oscuridad. Así lo destaca el premio nobel japonés Kenzaburō Ōe en el postfacio de esta edición.
Luz y oscuridad está considerada la obra maestra perdida de Natsume Sōseki, el autor más importante e influyente de la literatura japonesa del siglo XX. La novela, que se publicó de manera póstuma y que quedó aparentemente inacabada, disecciona la descomposición de una pareja sometida a los convencionalismos sociales de la época y las tiranías de la vida familiar. Tsuda, el protagonista de la historia, es un oficinista algo enfermizo que acaba de casarse con la bella O-Nobu. A pesar de las apariencias, la pareja no es feliz, pues ella sospecha que su marido no la ama realmente. Poco a poco, la presión del entorno y la imposibilidad de desarrollar una vida plena y satisfactoria llevan a la pareja al borde del abismo. Repentinamente, en mitad del proceso aparece una sombra del pasado: una mujer a la que el protagonista amó y que podría dar un giro definitivo a su destino.
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El doctor ayudo a Tsuda a bajar de la mesa de operaciones. Acababa de examinarle con la sonda.
-Como me imaginaba, llega hasta el intestino. La ultima vez encontre unas cuantas cicatrices en el tejido intermedio y pense que no iria a mas. Por eso le dije lo que le dije. Sin embargo, hoy me he dado cuenta de que ha traspasado ese punto.
-.Dice que llega hasta el intestino?
-Si. En un principio pense que tan solo mediria un centimetro y medio, pero veo que me equivoque. Al menos es el doble.
En la amarga sonrisa de Tsuda se dibujo una sombra de decepcion. El doctor inclino ligeramente la cabeza y cruzo los brazos sobre su amplia bata blanca. Su pose podia interpretarse como si le dijera: ≪Lo siento mucho. Asi estan las cosas. No hay nada que se pueda hacer. Como usted bien sabe, un medico no puede mentir sobre estas cosas≫.
Tsuda se cino el obi1 sin decir una palabra, alcanzo la hakama2 que habia dejado sobre el respaldo de la silla y se volvio hacia el doctor:
-Si la lesion es tan profunda como dice, ¿significa eso que no me voy a curar?
-No, no necesariamente…
El doctor rebatio a Tsuda de forma directa y sencilla, como si quisiera disipar sus temores.
-Ya no bastara con que me limite a limpiarle el ano, como he hecho hasta ahora. De seguir asi, la herida nunca cerrara. No me queda mas remedio que cambiar el tratamiento. Debo operarle sin mas dilacion para cortar el problema de raiz.
-¿A que se refiere exactamente cuando dice cortar el problema de raiz?
-Una incision. A hacer una incision para unir una sonda al intestino. Al hacerlo, las dos partes que ahora estan separadas se soldaran de forma natural, de manera que se curara usted de una vez por todas.
Tsuda asintio en silencio. Cerca de el, bajo la ventana orientada al sur, habia un microscopio colocado sobre una mesa alta de estilo occidental. Como ya disfrutaba de cierta intimidad con el doctor, nada mas entrar en la consulta le habia pedido permiso para curiosear y a traves de la lente de ochocientos cincuenta aumentos vio, con la misma nitidez que si estuviese ante una fotografia, una bacteria coloreada con la forma de un racimo de uvas.
Termino de ponerse la hakama, recogio la cartera de cuero que habia dejado sobre la mesa y entonces, como por pura casualidad, se acordo de la bacteria. La asociacion de ideas le inquieto. Se guardo la cartera en el bolsillo interior del quimono. Cuando se disponia a salir de la consulta, vacilo un momento.
-Si se tratase de tuberculosis, por mucho que me operase para arrancar el mal de raiz, como usted dice, y cortase hasta el intestino, no me recuperaria del todo, ¿verdad?
-Si se tratase de tuberculosis no habria nada que hacer, pues la herida no dejaria de abrirse. No serviria de nada curar unicamente la parte mas superficial.
Tsuda fruncio el ceno involuntariamente.
-.No es tuberculosis, verdad?
-No. Ese no es su caso.
1. Obi: cinturon para cenir el quimono tanto de hombre como de mujer.
2. Hakama: pantalon para quimono de hombre.