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Ficha técnica

Título: La pequeña comunista que no sonreía nunca | Autora: Lola Lafon | Traducción: Francesc Rovira  | Colección: Panorama de narrativas | Editorial: Anagrama | Páginas: 288 | ISBN: 978-84-339-7916-2 | Precio: 18,90 euros | Ebook

La pequeña comunista

Lola Lafon

ANAGRAMA

18 de julio de 1976, Juegos Olímpicos de Montreal. Nadia Comaneci, una jovencísima y desconocida gimnasta de un país remoto, Rumanía, ejecuta su ejercicio en las barras asimétricas. Un ejercicio perfecto. La niña de catorce años deja a todos patidifusos y hace saltar por los aires el marcador electrónico, que no preveía la posibilidad de que un ser humano alcanzara la perfección. Nadia obtiene el primer diez en gimnasia de la historia olímpica. A partir de ese momento epifánico, la historia de la pequeña Nadia es la de una criatura adorable que conquista el corazón del mundo entero: el «hada de Montreal». Pero también la de una niña que en poco tiempo se hace mujer y es sometida por ello a un juicio implacable: «la magia se ha esfumado», sentencia un titular de la época. Y la de una adolescente que vive bajo el régimen comunista de Ceaus¸escu, encumbrada a la categoría de héroe nacional. Y la de una chica sometida a la vigilancia de la Securitate y al asedio de Nicu, el siniestro hijo del dictador. O la de una mujer que, un mes antes de la revolución que derrocará y ejecutará al Conducator, protagoniza una fuga de película a través de la frontera con Hungría y llega a los Estados Unidos como refugiada política para descubrir que el sueño americano no es precisamente un cuento de hadas.

En todas esas Nadias hurga y rebusca Lola Lafon. Pero no como biógrafa, sino como novelista. A través de un intercambio fabulado de correos y conversaciones telefónicas con la propia Nadia Comaneci, teje una especie de documental ficcionado que llena «los silencios de la historia y los de la protagonista». Y así puede hablarnos sobre la dictadura que reina sobre el cuerpo femenino, siempre sometido a exigencias de eterna juventud.

Y sobre la utilización de los mitos populares, en este caso por parte de la propaganda del régimen rumano. Y sobre la Rumanía de los años ochenta, la de la carestía y el racionamiento, la de los decretos demográficos, la del matrimonio Ceaus¸escu más recalcitrante, la del sistema de control y espionaje paranoide de la Securitate. Poniendo voz -aunque sea inventada- al hada que encandiló al mundo en 1976, en fin, Lafon reinterpreta su historia personal y la de la Guerra Fría antes de la caída del Muro.

«Mientras cuenta la vida de Nadia Comaneci, Lola Lafon hace desfilar la Rumanía de Ceaus¸escu y se pregunta por el papel del cuerpo y por la posibilidad de la libertad. Apasionante» (N. Kaprièlian, Les Inrockuptibles).

«Una acróbata de las letras: sus palabras hacen piruetas, dibujan emociones con delicadeza, describen hazañas deportivas con gracia y se posan, como por arte de magia, justo donde deben. 10 sobre 10» (Le Figaro).

«Lola Lafon, como la gimnasta rumana, ha firmado una hazaña. Mezclando con virtuosismo documentación e imaginación, elabora una reconstrucción conmovedora de la locura Comaneci» (Le Nouvel Observateur).

«Lola Lafon compone un relato en carne viva sobre unas cuantas guerras frías: la del Este contra el Oeste, por supuesto, pero también la de los hombres contra las mujeres, la de los espectadores contra los pequeños soldados del deporte espectáculo, etcétera» (Baptiste Liger, L’Express).

 

PRIMERA PARTE

     Cuántos años tiene, pregunta la juez principal, incrédula, al entrenador. El número, catorce, le provoca un estremecimiento. Lo que la pequeña acaba de hacer manda a freír espárragos cualquier concatenación de cifras, palabras e imágenes. Ya no se trata de lo que podemos comprender. Nadie sabría explicar lo que acaba de ocurrir. La niña se echa la gravedad por encima del hombro, su cuerpo frágil se hace un lugar en la atmósfera para acurrucarse en él.

     Pero por qué nadie los ha avisado de que había que mirar en esa dirección, maldicen los que se pierden el momento en que, sobre los diez centímetros de anchura de la barra de equilibrio, Nadia C. se echa hacia atrás y, con los brazos abiertos en cruz, da una patada a la luna, salta a ciegas, y se vuelven los unos hacia los otros, ¿alguien lo ha entendido, lo habéis entendido?

     El marcador electrónico anuncia comaneci nadia, romania, seguido de 73, su dorsal, y donde debería aparecer su puntuación: nada.

     La gente espera. Lívidas, las gimnastas soviéticas van y vienen por la zona reservada a los entrenadores y a las deportistas que ya han concluido su ejercicio. Lo saben. En cuanto a las compañeras del equipo rumano, parecen desesperadas, Dorina junta las manos, Mariana susurra una y otra vez la misma frase, una tercera permanece echada, con los ojos cerrados; Nadia, algo apartada, con la cola de caballo torcida, no mira en ningún momento el marcador. Y es a él a quien ve primero, a Béla, su entrenador, de pie, los brazos hacia el cielo, la cabeza echada hacia atrás; al fin se vuelve y descubre su nota, ese terrible 1 sobre 10 que aparece en cifras luminosas frente a las cámaras del mundo entero. Uno coma cero cero. Repasa mentalmente posibles fallos, quizá la recepción del mortal atrás, no demasiado estable, ¿qué ha podido hacer para merecer eso? Béla la abraza, no te preocupes, pequeña, presentaremos una reclamación. Pero ella se fija en uno de los jueces. Porque el sueco se levanta. Porque tiene lágrimas en los ojos y la mira fijamente. Y todos contarán ese instante tantas y tantas veces que hoy ya no está segura de haberlo vivido, a lo mejor lo ha visto en la televisión, a lo mejor es un episodio que forma parte del guión de una película.

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Lola Lafon

Lola Lafon (1972) vive en todas partes y en ninguna en particular. Es escritora y música del grupo Leva. Es autora de las novelas De ça je me console y Nous sommes les oiseaux de la tempête qui s'annonce. En Anagrama publicó Una fiebre ingobernable, su primera novela:«Landra escapa del que ha sido hasta entonces su entorno y se introduce en grupos okupas y antiglobalización que llevan a cabo una constante lucha contra el sistema, convocando manifestaciones, boicoteando multinacionales y destrozando locales de McDonald's, además de realizar otros actos sociales y culturales en las casas ocupadas, convertidas en centros sociales. Esta inmersión sirve al lector para conocer de primera mano esa forma de vida, para saber a qué aspiran esos grupos de jóvenes, cómo se organizan, cómo se arman y cómo libran su particular guerra antisistema, con una prosa en la que Lafon consigue mezclar con acierto el intimismo de su drama personal con el desencanto de su generación» (Sònia Hernández, La Vanguardia).«Consigue un sabio equilibrio entre lo testimonial y lo doctrinario (a la doctrina de la subversión me refiero), entre el manual de la rebelión urbana y sus motivos, entre lo íntimo y la vida callejera. Una excelente novela» (Miguel Sánchez-Ostiz, ABC). La pequeña comunista que no sonreía nunca fue galardonada con el Premio de la Closerie des Lilas, el Ouest-France Étonnants Voyageurs, el Gran Premio de l'héroïne Madame Figaro, el Premio Literario d'Arcachon, el de los lectores de Levallois, el Jules Rimet y el Version Femina / FNAC.

Obras asociadas
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