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Ficha técnica

Título: Bartleby, el escribiente | Autor: Herman Melville | Traductor: Francisco Estrada | Editorial: Ambar Cooperativa Editorial | Edición bilingüe | Licencia:  Creative Commons | Páginas: 141 | Precio de referencia: $120.00 (pesos mexicanos)

Bartleby, el escribiente

Herman Melville

AMBAR COOPERATIVA

Uno de sus pasatiempos es mirar absorto un muro de ladrillos: Bartleby no es un personaje de acción, queda claro. «Preferiría no hacerlo», dice y renuncia a cualquier orden: Bartleby no es un oficinista muy acomedido que digamos, pero tampoco es un rebelde. Entonces, ¿Bartleby qué es?

En un Nueva York de 1800 y tantos, en una oficina de un Wall Street lejano del que conocemos ahora, Bartleby es contratado como escribiente -una suerte de fotocopiadora humana- de documentos legales. Empleado incansable al principio. Luego, driblador de órdenes. Hacia el final, partidario de la quietud: indiferente a su trabajo; en realidad, indiferente a todas las cosas.

 

Nota Editorial

El libro que sostienes es un producto comercial, sí, pero también es un intento de cambiar (aunque sea un poco, tal vez muy poco) las maneras mercantiles a las que estamos acostumbrados. Se une así a dos movimientos que han tomado fuerza mundial en años recientes: el cooperativismo y el copyleft.

Nuestra intención no es alejarnos ingenuamente del mercado, sino dirigirnos (de manera intuitiva y sin certezas) hacia condiciones más justas de remuneración y circulación en el mundo editorial. Por eso una cooperativa: para procurar repartir las ganancias equitativamente entre las personas que trabajan en un proyecto. Por eso una versión copyleft: para garantizar que a nadie, incluso si no tiene el dinero para pagarlo, se le impida disfrutar de un producto cultural. Al menos eso intentamos hacer.

Como Herman Melville murió hace más de cien años, su obra entera ha pasado a ser de dominio público; (1) es decir, no es propiedad de nadie en particular: cualquiera puede leerla, editarla o modificarla sin necesidad de pagar regalías. Eso en su lengua original, claro. Porque si alguien la traduce, digamos, al español, habría que esperar otros 100 años después de la muerte del traductor para que esta nueva versión se libere. El movimiento es éste: lo que ya era público vuelve a ser privado.

La apuesta es avanzar en dirección contraria. Bajo una licencia copyleft, esta traducción podrá usarse sin restricciones: será posible compartirla, distribuirla, reproducirla, modificarla e incluso reeditarla.

Las condiciones actuales del mercado, lo sabemos bien, no siempre nos permitirán ofrecer una versión copyleft. Pero como esta vez nada nos lo impide, queremos festejarlo con este primer libro.

Ámbar
Cooperativa Editorial

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(1) Por cierto, desde la reforma mexicana del 2003, en ningún otro país hay que esperar tanto tiempo para que, después de la muerte de un autor, su obra ingrese al dominio público. En Uruguay, Argelia o Australia, por ejemplo, la obra de James Joyce y Sigmund Freud ya está libre de derechos.

 

Puedes descargar el libro en PDF desde la web de la Editorial

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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Herman Melville

Cuando en 1851 se publica Moby Dick, Herman Melville (1819-1891) tiene 32 años, ha navegado por medio mundo, ha convivido con caníbales, se ha casado con Elizabeth Shaw, tiene dos hijos, ha escrito cinco novelas, ¡cinco!, y ya sabe lo que es el éxito y, sobre todo, el fracaso. Ni Moby Dick, que dedica al "genio" de Hawthorne, ni Pierre o las ambigüedades (1852), su siguiente novela, funcionarán comercialmente, más bien todo lo contrario. Por entonces, Nathaniel Hawthorne (1804-1864) acaba de publicar La letra escarlata, que lo convirtió en el escritor estrella de la incipiente literatura estadounidense: en diez días La letra de escarlata habrá vendido el mismo número de ejemplares que Moby Dick en tres años. Mientras que Hawthorne, en Bowdoir College, se hizo amigo de Longfellow y Franklin Pierce, futuro presidente de los Estados Unidos, Melville se enrolaba en el ballenero Acushnet en compañía de borrachos, expresidiarios y fugitivos sin una pizca de sensibilidad. La amistad entre Melville y Hawthorne, los dos grandes novelistas estadounidenses del sigo XIX, era una amistad a todas luces improbable, y sin embargo la presente correspondencia testimonia una relación fructífera y compleja, de una intensidad poco común que, según dicen, cambió el rumbo de la literatura norteamericana. Apenas dos años después, a finales de 1852, se dejaron de ver y de escribir. Por lo visto, Hawthorne puso tierra de por medio. Pero esta ya es otra historia. 

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