Marcelo Figueras
Otro actor inteligente a la manera de Paul Newman es John Cusack. No es atractivo al estilo Brad Pitt ni hace una industria de su encanto al estilo Tom Cruise; tampoco es de esos intérpretes que persiguen el prestigio con mayúsculas a través de personajes llamativos. (Quiero decir: nunca ha hecho de ciego ni de autista.) En todo caso, como dijo alguna vez Roger Ebert, Cusack es ‘el actor más natural del cine desde Robert Mitchum’. Haga lo que haga, en el género que sea, Cusack agrega siempre la cuota de verosimilitud que todo film necesita para funcionar de verdad.
Sin prestarse casi nunca a la clase de películas diseñadas como fenómeno de masas, Cusack (Illinois, 1966) ha logrado elegir proyectos de una inteligencia consistente: de Say Anything, de Cameron Crowe (una de las mejores comedias románticas del cine de Hollywood: ¡larga vida al personaje de Lloyd Dobler!) a The Grifters de Stephen Frears (un film noir como ya no se hacen, basado en un relato de Jim Thompson), y de Bullets Over Broadway (triunfando como alter ego de Woody Allen allí donde tantos otros actores fracasaron) hasta Being John Malkovich, Cusack ha sido un intérprete que nunca menosprecia al espectador. Esto se vuelve todavía más evidente cuando se involucra como coguionista y / o productor, en comedias negras como Grosse Point Blank (un asesino profesional en medio de una crisis existencial acude a la reunión de diez años de egresados), la flamante War, Inc o la memorable High Fidelity.
De origen católico irlandés, hijo de un documentalista amigo de Philip Berrigan -uno de los más notorios pacifistas norteamericanos-, Cusack siempre ha sido claro respecto de sus creencias. Opositor a la guerra de Irak desde el primer momento, es de esos tipos que nunca disimulan lo que piensan pero tampoco se hace notar por el modo en que agita banderas.
En estos días se está emitiendo por TV la entrevista que James Lipton le hizo para Desde el Actor’s Studio; si se cruzan con ella, véanla. Y si no, alquilen Say Anything, o Malkovich, o High Fidelity, y simplemente conózcanlo. El tipo actúa bien, escribe y produce bien, piensa bien: ¿qué más se le puede pedir?