Javier Rioyo
Decía George Santayana que "los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla". La frase de ese pensador, escritor y puritano americano/español -en realidad debería haber escrito Jorge, por su origen abulense, poco recordado, poco leído y notable escritor que cambió de patria, de idioma- es una de esas frases recurrentes que nos hacen reflexionar sobre nuestra incapacidad de cambiar casi nada. Repetimos hasta la saciedad los mismos, parecidos errores como condenados por la letra de algún bolero.
Me fui de Nueva York en pleno naufragio de la crisis. Los economistas, banqueros, ricos, agentes de bolsa, manipuladores financieros y otros actores principales de nuestra economía olvidaron el "crack del 29". O nada aprendieron de aquello. Se recuperarán, ganarán, olvidarán y harán que olvidemos.
Llevo unos días de poetas en Nueva York, al margen de la crisis pero imposible abstraerte a sus circunstancias. En la calle, los bares, la televisión, la prensa cada día nos muestran las imágenes de esos ricos que se ponen serios para decir que todo va muy mal. Ya no se suicidan tirándose desde sus oficinas de Wall Street, ahora se conforman con tomar el dinero y correr. Ricos sí, cobardes, también.
De Nueva York a México, acabo de llegar al DF y la historia de la pelea de los narcos, de la guerra sucia abierta, de sus ejecuciones, torturas y asesinatos me hacen recordar otras visitas a México, otros tiempos, parecidas historias. Nos repetimos. Y mucho más en nuestras historias menos ejemplares. Durante unos días hablaremos de cultura, cine, intercambios y la realidad de eso que Buñuel llamó "los olvidados", nos rodea con su mundo de marginaciones e injusticias.
Para no separarme bruscamente de JRJ, el poeta, el aforista, recordar dos de los suyos conservando su particular ortografía:
"Orden en lo exterior da hermosa inquietud al espíritu." Así nos gustaría estar con cierto orden en nuestras afueras para poder cultivar nuestro propio desorden.
Y otro: "Desconfiad de vuestra inteligencia, cuando lo malo empieza a parecernos bueno".
P.D. Los aforismos me hacen recordar a una querida desconocida que de vez en cuando aparece por este lugar del mundo con el mundo de Chiqui. Me hubiese encantado conocerla en NYC, incluso en Boston. Otra vez, espero. Y yo creo, querida Chiqui que lo Cernuda no quita lo Jiménez. No hay que prescindir. Dos amores, tres, incluso más, mucho mejor que soportar a estos olvidadizos y manipuladores de la historia. Yo creo que podrías bucear por los aforismos ‘juanramonianos’. Te pillan cerca y son excelentes hasta traducidos. Saludos.