Skip to main content
Blogs de autor

No hay descanso para los narradores

Por 3 de agosto de 2007 Sin comentarios

Marcelo Figueras

Las vacaciones me persiguen. Cuando fui a Rosario la gente se estaba preparando para las inminentes vacaciones de invierno. Cuando fui a Córdoba ya estaban disfrutando de ellas. Volví a Buenos Aires cuando las vacaciones locales estaban por comenzar. Hoy la ciudad toda está llena de niños en busca de diversión y de padres alienados. (Hace un par de días estuve en la Feria Infantil y Juvenil del Libro. Era como la fábrica de Willy Wonka, pero con historias e historietas en vez de chocolates.) Mi hermana se fue a Mar del Plata. Mis hijas duermen hasta tarde. La más grande acaba de irse a Europa. Afortunadas ellas. Ni siquiera encuentro consuelo cuando miro hacia otro continente. Mis amigos españoles ya se han ido a gozar de sus vacaciones estivales, o están a punto de hacerlo. Y yo aquí, encadenado a mi ordenador. Ni siquiera me queda el consuelo de ir al cine. La cartelera está llena de películas para chicos, de las que apenas se salvan Ratatouille y la de Los Simpsons. Lo más divertido que vi en estos días fue El pasajero, de Antonioni. Para el fin de semana me reservo El huevo de la serpiente, de Ingmar Bergman. Mi vida, habrán percibido, es puro jolgorio. Mis pesadillas como un remake de Los pájaros, pero con turistas en lugar de aves.

Mi reino por unas vacaciones. En verano no las tuve porque estaba terminando el tratamiento de un guión. Ahora tampoco pude, estaba terminando la primera versión de la misma historia. Menos mal que viajo mucho y que me gusta lo que hago. La verdad es que me vendría bien tumbarme panza arriba y no pensar en nada. Eso en el caso de que fuese posible desconectar mi cabeza. He ahí una de las características inescapables de mi trabajo. Donde los míos ven un sitio paradisíaco, yo veo un setting posible para una historia. En presencia de alguien nuevo, los míos celebran haber conocido a una persona encantadora y yo a un potencial personaje. Me pongo a leer un libro por puro placer, o a ver una película por las mismas razones, y al rato estoy anotando ideas para una futura novela o guión. El refrán en inglés dice no rest for the wicked, no hay descanso para los malvados. Ya sea porque entramos en la categoría, o en el mejor de los casos tan sólo por las características de nuestra labor, deberíamos reescribir el refrán y pintar encima de nuestra puerta: no hay descanso para los narradores.

Pero en fin, una de cal y otra de arena. La profesión también ofrece ventajas ciertas, nos permite viajar a otros tiempos y lugares, nos pone en contacto con personas fascinantes, y todo sin que debamos molestarnos en salir de casa. (Ya me estoy imaginando la campaña publicitaria. Turismo mental: más barato, más rápido, más seguro.) Sin ir más lejos, hoy me he pasado buena parte del día en el desierto del Neguev –al que por cierto ya conocía, y regresaré si Dios quiere dentro de un mes- sin gastar en pasaje ni en protector solar. Y si la presión aumenta, no tendré más remedio que tomarme minivacaciones en el transcurso de mi día de trabajo. Aprovechar el oportuno rayo de sol para tumbarme en la cama e imaginarme en el Caribe. Convertir el baño de inmersión en un jacuzzi en las islas Seychelles. Lo mío es muy marítimo, como verán, y por cierto de aguas cálidas y transparentes. Cuando sea grande (lo digo obviando el hecho de que ya tengo más años de los que el pobre hombre llegó a cumplir, entre otras diferencias), yo quiero ser como Robert Louis Stevenson.

Me pregunto cómo serán sus vacaciones –las de ustedes: las reales, y las que se imaginan como ideales. En cualquiera de los casos: felices vacaciones para todos.

profile avatar

Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

Obras asociadas
Close Menu