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Me narro, luego existo

Por 17 de mayo de 2007 Sin comentarios

Marcelo Figueras

Harold Bloom dice que los personajes de Shakespeare cambian cuando se oyen a sí mismos hablar: como si la formulación oral, este relato que los personajes hacen de sus circunstancias, fuese el comienzo del pasaje al acto, a la concreción de lo que hasta entonces sólo había sido cavilación –a la transformación de lo real.

Me acordé del asunto leyendo el nuevo libro de María Fasce, A nadie le gusta la soledad. (Cualquiera que titula un libro con una frase de Murakami tiene ya medio ganada la batalla por mi estima.) Los cuentos son muy diferentes entre sí, los protagonistas pueden ser hombres o mujeres, pero todos comparten esa intuición que me mandó de regreso a casa Bloom: la de que necesitamos contarnos a nosotros mismos, narrarnos, para empezar a creer que lo que nos está ocurriendo es verdadero.

" ‘Mamá va a lavarse la cabeza’ siguió Lucía sin mirar los osos cubiertos de espuma. Desde que Felipe había nacido, mucho antes de que pareciera entenderla, se había convertido en una relatora de sí misma. ‘Ahora mamá se seca’ ", dice la narradora de El gato. En esa madre que traduce sus acciones para beneficio del niño se resume uno de los impulsos más propios de la especie: el de contarnos para entendernos, y para que nos entiendan. Siempre pienso que la definición homo sapiens sapiens es más bien equívoca, porque no somos la única especie que razona y porque tampoco hacemos lo que se dice un gran uso de los silogismos que, según se presume, nos distinguen tanto; basta con mirar el estado del mundo para advertirlo. Yo prefiero pensar que somos homo narrandis o algo así, porque recién descubrimos que había algo valioso, digno y hasta encomiable en nosotros –las cavernas están llenas de pinturas sobre nuestras proezas iniciales- cuando empezamos a narrarnos.

Leer a Fasce es una experiencia placentera. Sus personajes siempre están en tránsito, lo cual es una forma de decir que nunca están del todo en ninguna parte: entre Argentina y Europa, entre una estación y otra –como el personaje del cortazariano El tren-, entre la deriva del navegante solitario y las demandas del amor y de la sangre. Gente más o menos común, que al escucharse contar su propia circunstancia –al convertirse en relatores de sí mismos, como la mamá de Felipe- empieza a sospechar que puede haber algo de extraordinario, y de irrepetible, en su por lo demás simple existencia.

La contratapa del libro asevera que, según Le Monde, la pluma de Fasce es “elegante y ligera”. Yo estoy por completo de acuerdo. Imagino que María debe haber dado un salto al leer esos adjetivos –le habrán parecido soñados-, y que un instante después, dado que comparte el humor seco y autodeprecatorio de sus personajes, debe haber comenzado a dudar de su propia existencia.

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Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

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