Marcelo Figueras
La buena noticia es que HBO compró los derechos de Preacher y que está preparando una versión para la TV, con el formato de serie de una hora que tan bien le sentó a Los Soprano y a Six Feet Under. La mala noticia es que el guionista sería Mark Steven Johnson, entre cuyos créditos figura la blanda e inofensiva adaptación al cine de la historieta Daredevil, y que el director sería Howard Deutch, director de películas ñoñas como Grumpier Old Men –que Johnson, dicho sea de paso, también escribió. Si bien es verdad que HBO suele producir material riesgoso sin banalizarlo, entregarle Preacher a esta gente es como pedirle a Walt Disney que adapte las novelas de Henry Miller.
Escrita por Garth Ennis y dibujada por Steve Dillon, Preacher cuenta la historia de un predicador llamado Jesse Custer que, en pleno proceso de pérdida de su fe, se encuentra con una entidad mitad angélica y mitad demónica llamada Génesis. De ese topetazo Custer sale fortalecido con extraños poderes, y con una convicción: la de atravesar los Estados Unidos en busca de Dios, que a todas luces ha desertado de sus deberes, y acusarlo de negligencia criminal. Custer no está solo en el camino: lo acompañan dos singulares personajes: por un lado Tulip, su ex amante, tan diestra en la cama como con un arma en la mano y, por el otro, Cassidy, un irlandés borracho y drogadicto que, dicho sea de paso, también es un vampiro. El trío marcha detrás del rastro del Dios desaparecido, y es perseguido a su vez por un policía ignorante y sanguinario y por un cowboy espectral que mata a todos a su paso. Preacher es violentísima e iconoclasta, y no deja títere con cabeza en materia religiosa, mientras retrata a los Estados Unidos como una sociedad devastada por los prejuicios y por la injusticia. (¡Y eso que fue escrita a mediados de los 90!) La historieta recurre además de manera constante a un humor negrísimo; resulta difícil creer que un material como Preacher pueda ser adaptado de manera fiel por señores cuya especialidad son las películas con Walter Matthau haciendo de viejito calentón.
Lamento que Kevin Smith no haya logrado llevarla al cine, tal como estaba planeado. Smith siempre fue fan de Preacher, y además demostró en Dogma que podía manejar perfectamente la insólita mezcla de elementos sobrenaturales, violencia y humor negro. Pero en fin, habrá que confiar en HBO. Aun cuando coincidamos con Jesse Custer en que Dios abandonó su puesto y merece ser juzgado, hay que otorgarle el beneficio de la duda; el sujeto siempre se ha comportado de forma extraña, y sus caminos siguen siendo insondables.