Lluís Bassets
Como guerrilla, torero o pronunciamiento, también indignado está convirtiéndose en un vocablo español adaptado y pronunciado en todas las lenguas.
Los indignados son hijos de la época de los derechos universales, que han quedado largamente insatisfechos. Compraron la utopía y al enchufarla no funciona. Quieren otra nueva o al menos que les reparen la vieja. Una mutación de las pasiones se ha producido en los corazones ibéricos.
La indignación, la santa indignación, era el anuncio de cataclismos y amenaza de persecuciones inquisitoriales. Ahora es una pasión fría y tranquila, que se contiene y gradúa, que persevera y calcula estrategias, y por eso es ensalzada por todos.