Lluís Bassets
Algo anda muy mal en una sociedad cuando son los ricos los únicos que piden que se les haga pagar impuestos. ¿Qué se traerán entre manos? Significa en todo caso que la palabra solidaridad se ha convertido en una cáscara vacía al servicio de la retórica.
Con la crisis llega la oportunidad para el sadismo social: bajar los impuestos a los ricos y quitarles ayudas a los pobres. El darwinismo social es pragmático y eficaz y apenas le interesa convertir su depredación en propaganda; el sadismo, en cambio, encuentra placer en la acción insolidaria y en su exhibición pública.