Lluís Bassets
Defiende la energía nuclear con el entusiasmo del hippie por las flores. En realidad, está a favor por las mismas razones que los otros están en contra.
No hay que enredar al antiprogre con análisis de costes y de riesgos. La energía nuclear es buena ahora y siempre. Pero, sobre todo, en casa del vecino.
Transfiere la rabia de las personas a las tecnologías: al final detesta la energía solar y la eólica sólo porque los ecologistas detestan la nuclear.