Lluís Bassets
El antiprogre es una caricatura patética del antimoderno del siglo XIX. El antimoderno combatía el progreso, el racionalismo, la Ilustración y el optimismo histórico. Nuestro antiprogre no, porque vive de todo ello.
El antiprogre es en realidad un ultraprogre, un progre tan desengañado que no puede soportar el conservadurismo de su época.
Lo siento por los viejos progres: si los antiprogres tuvieran un poco más de talento buscarían un objeto para su detestación más complejo y moderno.