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El curso que nos espera

Por 1 de septiembre de 2010 Sin comentarios

Lluís Bassets

Empieza sin dilaciones ni monsergas. El programa para hoy 1 de septiembre no es propio de prolegómenos. Las lecciones preliminares vienen ya impartidas desde agosto como mínimo, mientras la medioesfera boqueaba en el estado de semiletargo veraniego que mantiene a las estrellas en reposo, multiplica los becarios en los informativos de radio y de televisión y baja el tono del interés general, magnetizado por el deporte, la chismografía y la inanidad. Son lecciones duras y oscuras: la crisis económica que golpea fuerte pero a ritmo lento, de una larga agonía sin trabajo y con crecientes recortes; la seca pegada del populismo excluyente en las dos orillas del Atlántico, espoleado por el Tea Party en un lado y en el otro por un Sarkozy que se instala en la estela de la italiana Lega Nord en cuanto a demagogia xenófoba; el naufragio de una potencia nuclear y militar en unas inundaciones catastróficas que la pillan sin capacidad de gobierno, castigada por el terrorismo y sus talibanes y al borde del Estado fallido; o el declive de la presidencia de Obama, que sigue capotando, machacada por la pétrea realidad y por una ultraderecha que se dice piadosa pero es impía. El principal motivo de ese septiembre tenso y nervioso es la disonancia entre la economía que no remonta y el sonoro ajetreo de la política, ocupada aquí y allí de otras cosas, con frecuencia incomprensibles.

La fecha ha quedado ya inscrita en los anales. Hoy es el primer día sin tropas de ocupación norteamericanas en Irak. Quedan 50.000 para laborales de auxilio e instrucción, pero la seguridad y la defensa estarán a cargo de los iraquíes. ¿Es la recuperación plena de la soberanía nacional? Si no lo es, es lo que más se parece a ello. Todo sabe agridulce. Desde el Washington todavía neocon de George Bush se temió en su día que esta retirada preparada ya desde entonces fuera presentada por los iraquíes como la derrota de Estados Unidos. (Recordemos que Bush quiso quitarle la mitad del programa sobre Oriente Medio a Obama antes de que éste ganara brillantemente las elecciones). Pero la realidad es que la única victoria de hoy es la del presidente que prometió y se comprometió plenamente en la retirada: ni los propios iraquíes tienen claro a estas alturas que sean capaceas de asegurar las tareas que hasta ahora hacían los norteamericanos; no hay todavía gobierno ni idea clara de cómo puede haberlo; y todas las semillas de la discordia se hallan perfectamente regadas y abonadas para que en algún momento empiecen a brotar. Irak puede proporcionar todavía muchos disgustos a todos, y especialmente a Obama.
Hoy se presentan también las memorias de Tony Blair, rodeadas por el morbo del alto precio pagado por su editor, 4?6 millones de libras, y de las perlas de maldad que nos regalará el ex premier ministro, sobre todo sobre Gordon Brown, su sucesor. (Algunas ya han llegado a conocimiento previo de los medios: por ejemplo, que Bush le pidió que que no le cediera Downing Street hasta 2008 para no tener que coincidir y trabajar con él). Empiezan también hoy las negociaciones directas, al fin, aunque sin muchas esperanzas, entre israelíes y palestinos, las primeras después de veinte meses, lejos de la Palestina disputada, en la misma Casa Blanca. Su inicio será solemne y protocolario, con una cena ofrecida por Obama, a la que asistirá Tony Blair y no en cambio Catherine Ashton. Es una mera especulación pensar qué hubiera sucedido si el cargo de Alto Representante de la UE estuviera todavía ocupado por Javier Solana. Pero está bien claro que se hubiera partido la cara por estar –cosa que no ha hecho la señora Ashton, y ya se lo ha reprochado indirectamente el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner– y que evidentemente habría conseguido su propósito.
Terminado el intervalo agosteño, que intenté llenar con mis ocurrencias sobre los enemigos de los progres, puedo anunciar que también Solana es noticia como protagonista de un libro, sobre cuyo contenido tengo el gusto y privilegio de adelantar algunos datos a los lectores de este blog. Se trata de un volumen, titulado ?Reivindicación de la política. Veinte años de relaciones internacionales?, editado por Debate, que hemos escrito Javier Solana y yo mismo en forma dialogada a partir de unas largas conversaciones sobre el estado del mundo y el balance de su recorrido político. Estará en las librerías a partir del 17 de septiembre y espero que interese a los lectores de este blog y estimule el interés y el debate sobre la actualidad internacional.

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Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

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