Lluís Bassets
No se sabe muy bien quien envejece peor, quien se encastilla rápidamente en el conservadurismo de su vejez o quien se empeña en mantener que no ha traicionado ni una sola idea de su juventud.
El mito de la buena vejez sustituye con mayor verosimilitud al de la eterna juventud. Pero es más mendaz y perverso. Podemos soñar que siempre seguiremos jóvenes pero sabemos a ciencia cierta por nuestro cuerpo que la vejez es una ruina.
Envejecer bien puede ser, en el mejor de los casos, un mero estado de la mente que no afecte al cuerpo. En el peor, lo contrario: un cuerpo que aparenta y una mente destruida. Pero viejos de mente los hay muy jóvenes.