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Buenas noticias en Davos

Por 26 de enero de 2012 Sin comentarios

Lluís Bassets

Gordon Brown, el ex primer ministro británico, dirige esta mesa redonda que va a desarrollarse dentro del más clásico espíritu davosiano: una brevísima introducción del moderador, intervenciones muy cortas de cada uno de los participantes, que van a ocupar media hora en total, y luego preguntas e intervenciones desde el público. En 60 minutos de cronómetro los asistentes pueden recibir una cantidad sensacional de información y de ideas y muy fácilmente pueden lanzar su pregunta o su reflexión para que sea también brevemente glosada por los ponentes. Esos cinco ponentes de esta mañana representan a cinco países que, sumados, tienen más de 200 millones de habitantes, con economías en crecimiento constante durante toda la década pasada y un horizonte de transformación económica y social que se escapa a la imaginación. En mitad de los debates sobre el estado del euro, sobre la marcha de la economía global, o la ausencia de liderazgos, todo lo que dicen estos cinco hombres son noticias excepcionales y un bálsamo contra la depresión.

La democracia multipartidista sigue avanzando en el conjunto de la región donde se encuentran estos cinco países que han mandado a tres presidentes y dos primeros ministros al Foro Económico Mundial. Es la segunda región de mayor crecimiento económico del mundo, una zona emergente que atrae inversiones de las grandes potencias inversoras, aunque luego tenga escasa visibilidad y traducción en influencia política. Las oportunidades de negocios que hay allí son colosales, pues está experimentando el mayor crecimiento urbano de toda su historia, con la aparición de unas extensas e incipientes clases medias urbanas emergentes. Cuenta con una demografía muy joven, uno de los mejores regalos que puede tener cualquier país si sabe aprovecharlo mediante la educación y la creación de puestos de trabajo.
Hacia estos países de enorme oferta de mano de obra se puede conducir la próxima oleada de deslocalizaciones, una vez se encarezcan los sueldos en Asia. Aunque cuentan con dificultades de corrupción y de inseguridad, también están mejorando la gobernanza económica, así como unas políticas monetarias y fiscales prácticamente inexistentes hasta ahora. No todo es maravilloso, ni mucho menos. Lo maravilloso es el potencial y la vía emprendida que va en la buena dirección, aunque todavía sea todo muy incipiente.
Estos cinco hombres están convencidos de que en sus manos están cinco países del continente que definirá el siglo XXI, donde todo o casi todo está por hacer en infraestructuras de todo tipo, carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos o redes eléctricas. Esto es así por el enorme caudal de materias primas que tiene escondido en su suelo, origen del caudal de riqueza de los últimos diez años, cuando la globalización y el incremento del consumo mundial ha hecho explotar su potencial comercial y también los pecios.
Uno de ellos cree que deben buscar el ejemplo de la Unión Europea, que partió de la Comunidad del Carbón y del Acero, para construir también paso a paso la unidad de su continente a partir de un mercado común de la energía y de las infraestructuras. También hay que romper las barreras del comercio y eliminar las fronteras, por supuesto. Hay que cambiar de hábitos culturales y acostumbrarse a las tecnologías: ?Debemos ser tan puntuales al empezar las reuniones como lo son los europeos?.
El lector ya habrá adivinado de qué estamos hablando. Esto es Africa y entre los cinco países representados hay de todo, en rentas, en democracia y en crecimiento: Guinea, Tanzania, Kenia, Etiopía y Sudáfrica. Pero todos comparten la misma sensación y la misma sintonía. También comparten una escasa visibilidad desde Europa, que se explica por uno de los mayores cambios geopolíticos de la última década: participan plenamente en la economía global, pero sus principales inversores ya no son occidentales, sino China para extracción e infraestructuras e India para productos de consumo.
La evolución del continente africano interpela directamente a quienes les colonizaron, ya no por la herencia colonial, o no solo, sino sobre todo por su escasa capacidad para revertirla en positivo como bazas para una cooperación más estrecha. Africa está ahora más cerca del mundo pero más lejos de Europa, y por eso es una buena noticia que Davos intente enmendarlo.

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Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

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