
Eder. Óleo de Irene Gracia
Jorge Eduardo Benavides
Como podrán leer en los muy variados registros empleados por nuestros participantes a la hora de abordar la propuesta de la semana pasada, en realidad la supuesta «rigidez» del ejercicio no era tal, y sólo necesitaba mirarse con algo de agudeza. Así, las frases planteadas no remiten necesariamente a lo que parecen remitir: a la edad, por ejemplo. Lo que nos ha llamado la atención -como seguramente les ocurrirá ustedes al leer los ejercicios- es la cada vez mayor calidad de muchos de los cuentos enviados, lo que hace que nuestra labor de selección resulte también cada vez más ardua. Pero por desgracia otra cosa llama además nuestra atención, y es que muchos persistan en no enviar los textos con un formato más pulcro, como ya hemos pedido en otras ocasiones: texto con márgenes justificados, sin espacios entre párrafos, con una tipo de letra que garantice una lectura no fatigosa (Times, Garamond, Palatino…) y sobre todo: sin una lectura más exhaustiva del texto enviado: cacofonías, repeticiones, pequeñas pifias que requieren de una buen repaso para que nuestro cuento quede impecable. Naturalmente no es sólo una cuestión meramente formal: es parte imprescindible de un buen cuento: su esmerada corrección. En fin, les recomendamos que lean los cuentos de los participantes. Se encontrarán con gratas sorpresas.
Y les dejamos también dos recomendaciones de muy buenos cuentistas: Guillermo Busutil, que acaba de publicar una selección de relatos, Moleskine, (Las cuatro estaciones ed.), y Juan Bonilla, autor de la novela Los Príncipes Nubios y de muchos excelentes cuentos. Vean sus páginas web y se encontrarán con dos escritores de lujo.