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Se puede vivir

Por 8 de enero de 2021 Sin comentarios

Joana Bonet

Pasaron cosas cuando parecía que no podía ocurrir nada. La vecina rubia paseaba por las tardes su tripa de nueve meses para que el bebé bajara. Un atardecer oímos el llanto de leche, ese gemido que es una oración de la inocencia, y fuimos más felices. La vida no se cansaba de nacer.

La lavanda floreció en verano y trajo el fragante aroma del campo a la ciudad; nos frotábamos las manos con sus espigas violáceas. Luego ahuecábamos el rostro entre ellas para sentirnos olorosamente jóvenes. La gravedad se resentía, igual que bajo la ducha o al sacar las tostadas calientes; nos reconciliaba con el desorden. Pasaban cosas cuando no debía pasar nada. Todo el espacio estaba colonizado por la batalla a vida o muerte contra el virus. Hubo medusas en la playa, más solitarias, pero persistentes como nosotros, que corrimos a bañarnos para quitarnos la costra del encierro. Los niños no tuvieron piojos.

Nos olvidamos de pasar las hojas del calendario. Había un placer decadente en ver abril en lugar de junio. Cuando el reloj de la cocina se paró, decidí dejarlo unos días marcando las cinco de la tarde, una hora inglesa y lorquiana. El tiempo tiene luz. Estrenamos el 2021 con la idea de salir de un largo y oscuro túnel. Y la cicatriz de la muerte a nuestro alrededor nos hace estrenar un sentimiento de ligereza. Felizmente, ha habido una especie de dimisión de una parte de nosotros mismos, pobres idiotas que queríamos exhibir dientes de audacia: “Entérate de que no habrás progresado realmente hasta que hayas perdido el deseo de demostrar que tienes talento”, anotó Jules Renard.

Escribo estas líneas con la última niebla de diciembre. Enero amanecerá blanco, igual que la insaciable idea del cuaderno por estrenar, aunque no olvidemos las pérdidas ni el dolor arrojado. Cuenta Emmanuel Carrère en Yoga (Anagrama) –sale en febrero– que durante una grave depresión acudió a visitar a un médico sabio. Solo veía el suicidio como posible salida. En lugar de contradecirlo, le dijo: “Tiene usted razón. El suicidio no tiene buena prensa, pero hay veces en que es la solución”. Luego añadió: “Si no, puede vivir”. Cuatro palabras para curar el alma.

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Joana Bonet

Joana Bonet es periodista y filóloga, escribe en prensa desde los 18 años sobre literatura, moda, tendencias sociales, feminismo, política y paradojas contemporáneas. Especializada en la creación de nuevas cabeceras y formatos editoriales, ha impulsado a lo largo de su carrera diversos proyectos editoriales. En 2016, crea el suplemento mensual Fashion&Arts Magazine (La Vanguardia y Prensa Ibérica), que también dirige. Dos años antes diseñó el lanzamiento de la revista Icon para El País. Entre 1996 y 2012 dirigió la revista Marie Claire, y antes, en 1992, creó y dirigió la revista Woman (Grupo Z), que refrescó y actualizó el género de las revistas femeninas. Durante este tiempo ha colaborado también con medios escritos, radiofónicos y televisivos (de El País o Vogue París a Hoy por Hoy de la cadena SER y Julia en la onda de Onda Cero a El Club de TV3 o Humanos y Divinos de TVE) y publicado diversos ensayos, entre los que destacan Hombres, material sensible, Las metrosesenta, Generación paréntesis, Fabulosas y rebeldes y la biografía Chacón. La mujer que pudo gobernar. Desde 2006 ejerce de columnista de opinión en La Vanguardia.

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