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Schubert y Shakira

Por 30 de abril de 2012 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Joana Bonet

¿Sobrevaloramos hoy a chefs y diseñadores como máximos exponentes de la cultura?, ¿soportamos todo tipo de artefactos escabrosos como obras de arte, autores de pacotilla, colas insufribles para contar que pudimos ver «la exposición» de la temporada? Según Mario Vargas Llosa, no sólo eso, sino que la cultura se ha acabado tal y como un día se entendió. Su último libro ?curiosamente el primero después de recibir el merecido Nobel? ha suscitado una amena controversia. «Perdonen, ¡pero qué viejas ideas! Primero porque la gran cultura siempre ha sido cosa de pocos, pero al menos ahora todos pueden leer, aunque no sea Nietzsche», escribía hace unos días Pilar Rahola, mientras que el escritor Jorge Volpi analizaba la paradoja de que alguien que se define como liberal, «se muestre como adalid de una élite cultural que, en términos políticos le resultaría inadmisible: un mandato de sabios, semejante al de La República, resulta más propio de un universo totalitario como el de Platón que del orbe de un demócrata». Porque en su acérrima defensa de una aristocracia intelectual, Vargas Llosa pasa de puntillas ante la democratización de la cultura, ese fenómeno «altruista y loable», dice, pero cuyo efecto ha sido tan catastrófico como banal. El menosprecio vale tanto para los contenidos como sus envoltorios. Aunque, curiosamente, en una entrevista publicada en La Vanguardia, el autor contaba que tuvo que terminar el libro en aeropuertos, «a salto de mata», un proceso tan nómada e hipermoderno en las antípodas del recogimiento del autor clásico que precisa soledad y silencio para crear.
Cierto es que desde las atalayas resulta más confortable estar en contra de todo. Contra el periodismo irresponsable, la política deslavada, la crítica literaria insustancial o los productos culturales light que requieren un esfuerzo intelectual mínimo. Su desconfianza ante las nuevas tecnologías roza el negacionismo. Y arremete contra la influencia de «la jerga, a veces indescifrable, que domina el mundo de los blogs, Twitter y Facebook». «Pero si en los 140 caracteres te cabe un link de la Enciclopedia Británica», me argumenta el filósofo Javier Gomá, que en su libro Todo a mil (Galaxia Gutenberg) recupera el sentimiento de ser «hijo gozoso de nuestro tiempo».
Además de un discurso beato que anega todos los progresos morales de la civilización, esta radiografía de la pobreza cultural, esta melancolía intelectual, vuelve a lo de siempre: a contraponer lo viejo y lo joven, lo profundo y lo superficial, lo permanente y lo efímero, lo elevado y lo popular. Por supuesto, corriendo a deslegitimar la promiscuidad cultural de quienes van a los conciertos de Shakira pero también escuchan a Schubert. Porque, quién a día de hoy está legitimado para imponer un canon, desatendiendo uno de los principios de la cultura: la subjetividad.

(La Vanguardia)

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Joana Bonet

Joana Bonet es periodista y filóloga, escribe en prensa desde los 18 años sobre literatura, moda, tendencias sociales, feminismo, política y paradojas contemporáneas. Especializada en la creación de nuevas cabeceras y formatos editoriales, ha impulsado a lo largo de su carrera diversos proyectos editoriales. En 2016, crea el suplemento mensual Fashion&Arts Magazine (La Vanguardia y Prensa Ibérica), que también dirige. Dos años antes diseñó el lanzamiento de la revista Icon para El País. Entre 1996 y 2012 dirigió la revista Marie Claire, y antes, en 1992, creó y dirigió la revista Woman (Grupo Z), que refrescó y actualizó el género de las revistas femeninas. Durante este tiempo ha colaborado también con medios escritos, radiofónicos y televisivos (de El País o Vogue París a Hoy por Hoy de la cadena SER y Julia en la onda de Onda Cero a El Club de TV3 o Humanos y Divinos de TVE) y publicado diversos ensayos, entre los que destacan Hombres, material sensible, Las metrosesenta, Generación paréntesis, Fabulosas y rebeldes y la biografía Chacón. La mujer que pudo gobernar. Desde 2006 ejerce de columnista de opinión en La Vanguardia.

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