
Jesús Ferrero
Su vida es paralela a la de Richard Dadd, si bien Alexis Moskanter no llegó a matar a su padre. Lo intentó, pero lo único que consiguió fue que lo encerrasen siete años en un asilo psiquiátrico (Copenhague 1880-1887)
Inicia el fresco “Recuerda, Leteo” en una casa abandonada que heredó de su abuela y que su padre le quiso arrebatar alegando que su hijo era un trastornado (y que lo quería matar).
Parte del fresco, simbólico y dantesco, es de una obscenidad escalofriante, pero ni siquiera ahí pierde su aire profundamente sacro.
Escribió un poemario titulado “Yo acuso a Dios”. Al día siguiente se murió.