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Una muestra

Por 17 de febrero de 2006 Sin comentarios

Jean-François Fogel

Mal, mal día frente a la sierra de Ávila, en Caracas. En un viaje puede pasar de todo. Mal tiempo, malos encuentros, hasta desencuentros, puede pasar de todo menos enfrentarse con la imagen falsificada de tu propio país. Es lo que encontré en un ejemplar de Número, revista literaria colombiana que llegó a mis manos por pura casualidad. ¿Por qué este ejemplar?, ¿Por qué frente a la sierra de Ávila? ¿No se puede respetar a la naturaleza? El último número de Número me habría salido mejor que aquel número 46, con fecha: septiembre, octubre, noviembre del 2005, aunque…

Aunque empecé mi lectura por un ensayo sobre Giacomo Casanova escrito por un músico venezolano: Paul Desenne. Una notita dice que Desenne tiene una “agrupación de creación colectiva” que se llama Alzheimer. La utilizo para hacer un CD en forma de “comentario sobre la demencia senil de la cultura”. Me gusta este Desenne y me gusta lo que dice de Casanova, autor que nunca fue senil, incluido el otoño en que se dedicó a revisar sus memorias. Además, Desenne sabe que se necesita tener más valor para el libertinaje que para la guerra, y expresa muy bien lo que permitió las grandes hazañas de Casanova: “… el coraje de dejar florecer su deseo, por más terrible que sea…”.

Mañana saldré a comprar los CD de Desenne, pero por el momento sigo con Número y llego a la “separata especial” de la revista, una “edición bilingüe de autores franceses contemporáneos”. Es fácil saber de dónde viene. Un Sr. Philippe Valeri, consejero de Cooperación y de Acción Cultural de la Embajada de Francia en Colombia reconoce en una introducción que puso, no voy a decir su mano, más bien su pata para establecer una muestra de autores de “la literatura francesa contemporánea”.

Viajando, estoy dispuesto a aceptar todo: en el hotel cinco estrellas no se puede beber el agua del grifo, no me importa; necesité casi tres horas para ir desde el aeropuerto hasta Caracas, lo aguanté; todas las cadenas de televisión de Venezuela funcionan la mitad del tiempo “en cadena” mostrando el mismo Chávez que reparte diplomas y dinero a las mismas personas vestidas de rojo, está bien, la construcción del “socialismo del siglo XXI” es asunto de los venezolanos; pero cuando una persona cuyo sueldo se paga con mis impuestos presenta como literatura francesa contemporánea a Linda Lë, Amélie Nothomb, François Barre, Alain Robbe Grillet, Charles Juliet, Laurent Gaude, Gérard-Georges Lemaire, Colette Lambrichs y Rachid O, me parece que entramos en una zona donde la ley debería permitir el uso ciego de la violencia en nombre de la defensa de la civilización. Pago impuestos para que un funcionario presente la novela Les gommes de Alain Robbe-Grillet (año de publicación: 1953) como literatura francesa contemporánea. Soy un ingenuo: pensaba que los funcionarios franceses tenían órdenes de desmentir la existencia del “nouveau roman” frente a cualquier pregunta de un estudiante que por mera casualidad se dedicara al estudio de la literatura francesa.

A los que se preguntan a dónde voy, solo quiero decir que vemos, en la propuesta reaccionaria de un funcionario francés que sirve una novela de medio siglo como pollo nuevo, el síntoma de la decadencia total de una literatura incapaz de asumir la pérdida de su esplendor. A los venezolanos (hoy, pero argentinos ayer, chilenos o colombianos mañana) que me preguntan, con sumo cariño, lo que pasa con los autores franceses solo puedo responder la verdad: no pasa nada. Lo mejor que ocurre en Francia, en estos días, es el descubrimiento de un manuscrito inédito de Alexandre Dumas: Le chevalier de St Hermine (Editorial Phebus). Así se tiene la serie completa de las tres novelas históricas sobre la Revolución. Claro que este paquete no compite con Los tres mosqueteros, Veinte años después y El Vizconde de Bragelonne que quedan como la cumbre del arte de Dumas. Pero Francia, la verdadera Francia, el país de la maldad escondida, de las luchas de poder y de un idioma incipiente y sublime es la Francia de Luis XIII.

De la misma manera que se resucita a Dumas, se saluda con emoción el descubrimiento de papeles inauditos de Gustave Flaubert: Vie et travaux du R.P. Cruchard et autres inédits (Editorial universités de Rouen et du Havre). Cuidado: son papeles que no constituyen un libro como tal. Y como se puede suponer, el mejor artículo sobre esta cosa flaubertiana es del inglés Julian Barnes en el diario The Times.

Hablar de los maestros del deslumbrante siglo XIX francés es otra manera de decir que seguimos viviendo una decadencia. Desde la segunda guerra mundial, desde el “nouveau roman” de Robbe Grillet que tanto hizo para matar el arte de la novela, hubo muy poco, poquísimo. Solo unos autores aislados en una corte de payasos. En lugar de analizar en Número aquella extraña muestra de autores que escriben en francés más que autores franceses -tiene razón Sr. Valeri, ya no se encuentra una dosis suficiente de talento en Francia- más bien vale la pena leer en línea un texto muy cómico de un joven francés: Histoire saisissante de la litterature française d’après-guerre (Historia para asombrarse de la literatura francesa después de la segunda guerra mundial). No sé nada de su autor, Eric Pessan, pero es un buen mozo. Tiene mala leche para todos. Se burla de todos los que publicaron en el último medio siglo. Su texto es para reír, pero habla de la soledad definitiva de las últimas generaciones. No tienen a ningún maestro desde hace ya medio siglo. No se puede crecer sin matar a los padres.

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Jean-François Fogel

Jean-François Fogel Periodista y ensayista francés, trabajó para la Agencia France-Presse, el diario Libération, el semanal Le Point y el mensual Le Magazine Littéraire. Ha vivido una parte de su vida en España donde empezó una segunda carrera como asesor para empresas de prensa. Fue asesor del director del diario Le Monde, desde 1994 a 2002, y sigue trabajando en la concepción y la remodelación continua del sitio Internet creado por el vespertino. Es maestro y presidente del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha publicado varios libros sobre literatura francesa y sobre América Latina, entre los que destaca  un ensayo sobre el periodismo digital, Una prensa sin Gutenberg (Punto de Lectura, 2007).

En 2010 se dedicó a renovar los seis sitios de los diarios del grupo francés SudOuest, donde continua siendo asesor de la estrategia digital. En los últimos años, se encargó de la creación de una plataforma de información digital para el grupo France Televisions, una de las tres más importantes de Francia. Asesora a varios medios en Europa y América Latina tanto en la concepción de sitios, como en la organización de la producción digital. Es director del Executive Master of Media Management, del Instituto de Estudios Políticos de Paris (Sciences Po).

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