Jean-François Fogel
Hace unos días escribí sobre un ensayo magnífico de la escritora norteamericana Susan Sontag incluido en una recopilación de textos suyos, At the Same Time. Acabo de hojear el libro y tengo una certidumbre: hablé, por casualidad, del único texto de calidad. Hay de todo en este libro pero de manera global lo que uno encuentra no es de lo mejor. Supongo que el ruido de la publicación tiene mucho que ver con los esfuerzos de su agente: Andrew Wylie y su Wylie Agency que tiene un papel muy importante en los negocios de manuscritos.
Ya sabemos lo que será la etapa siguiente: la publicación de los diarios de Susan Sontag. Se publican extractos en varios medios del mundo (milagro de la Wylie Agency) para estimular la demanda. Y otra vez, como siempre con Sontag, encuentro algo excelente. Fecha: 12 de marzo del 1961. Escribe
Sontag:
El escritor debe ser cuatro personas:
1. El chiflado, el obseso
2. El imbécil
3. El estilista
4. El crítico
1. provee el material
2. le da salida
3. es gusto
4. es inteligencia
Un gran escritor tiene las cuatro cualidades pero uno puede ser un buen escritor con sólo tener 1 y 2; son las más importantes. Sontag tiene toda la razón. Forster, en su ensayo Aspects of the novel, dice que para escribir una novela “no se necesita una inteligencia de nivel muy alto”. El éxito en el arte no es para el más inteligente. Al contrario, la voluntad de demostrar, de tener la última palabra, basta para destrozar una novela. Sontag, a pesar de sus esfuerzos, no fue gran novelista.