Jean-François Fogel
Hace tiempo que no esperaba tanto la última edición de Granma, órgano oficial del comité central del Partido Comunista de Cuba. Me gustaría leer en Granma la «versión taquigráfica», es decir la versión oficial, del discurso pronunciado el miércoles 20 de diciembre por Raúl Castro frente al VII Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en La Habana.
Cuando su hermano Fidel hablaba, el Consejo de Estado entregaba, de manera apresurada, la versión oficial de su discurso. No valía una grabación o las notas del público. Había que tener la versión taquigráfica y el Consejo de Estado, con sus técnicos, y las ineludibles y hábiles revisiones, entregaba la versión oficial, sin demora.
Hoy, tengo que utilizar la agencia EFE, citada por El Nuevo Herald, o un artículo de Mauricio Vicent, el corresponsal del diario El País en La Habana, para conocer las palabras de Raúl. Ambas versiones coinciden, al entregar la misma cita del número dos de Cuba. La misma, o casi la misma.
El País: "Fidel es insustituible, yo lo sé, que lo conozco desde que tengo uso de razón, y no siempre con las mejores relaciones, porque como él dice yo soy como soy".
Efe: "Fidel es insustituible, yo lo sé, que lo conozco desde que tengo uso de razón, no siempre con las mejores relaciones, porque como él dice, yo soy como soy».
La lectura de estas frases se hace a dos niveles:
1. Nivel político.
Por primera vez, en una isla que celebra a sus héroes sin matices, un revolucionario de primer rango afirma que no siempre ha tenido las mejores relaciones con Fidel. Es algo nuevo. Es una manera fuerte de distanciarse del líder enfermo dentro de lo que permite la retórica oficial de la Revolución.
2. Nivel fraticido-gramatical.
Una coma cambia todo entre las versiones de El País y de Efe. Para El País, que prescinde de la coma, Raúl dice «yo soy como soy». Da a sus rasgos psicológicos personales la responsabilidad de las relaciones entre los dos hermanos, «no siempre las mejores». Para Efe, con el uso de una coma, Raúl cita a Fidel al decir «yo soy como soy» y lo culpa por unas relaciones que no han sido siempre las mejores entre los dos hermanos.
El «servicio taquigráfico» del Consejo de Estado tiene la última palabra: ¿quién es culpable de las malas relaciones, Fidel o Raúl? Esperemos.