Jean-François Fogel
I
El jueves por la mañana, la pregunta, en la primera pantalla del sitio del periódico Dagens Nyheter, era: “¿Vem tror du får Nobelpriset i litteratur?”. No hay que entender sueco para saber lo que pedía el gran diario de la burguesía de Estocolmo (el equivalente a El Comercio en Lima o a El Mercurio en Santiago de Chile). Era un sondeo sobre el próximo ganador del Premio Nobel de Literatura.
Pero lo más interesante era el dispositivo para votar: el internauta tenía que escoger en una lista de 13 nombres. El diario tenía una gran fe en la calidad de su información como para atreverse a reducir el campo de la oferta. Y de hecho no se equivocó: el novelista turco Orhan Pamuk figura en la lista, al lado de 12 otros apellidos.
Como Dagens Nyheter es el diario mejor informado de Suecia, vale la pena guardar la lista de los 12 “perdedores” para el año que viene. Son:
Adonis
John Ashbery
Inger Christensen
Assia Djebar
Don DeLillo
Nuruddin Farah
Amos Oz
Mario Vargas Llosa
Joyce Carol Oates
Philip Roth
Tomas Tranströmer
Ko Un
Podemos también saludar la prudencia del diario: proponía votar para “någon annan”, que no es unos de estos poetas sin fama que tanto gustan a la academia sueca, sino la manera de decir "otra persona" en sueco. Entre los 12, hay que notar la presencia de cinco poetas y/o de cuatro americanos. La academia no cambia: representación de la poesía y del idioma inglés.
II
Todos los periódicos de este viernes recuerdan cómo el novelista Omar Pamuk, galardonado con el Premio Nobel de Literatura, rechazó, hace siete años, la oferta de ser “artista del estado” antes, hace unos meses, de prepararse para un juicio frente al tribunal de Sisli, en Estambul, por un ataque a la “identidad turca”.
Según el artículo 301 del código penal turco, el tribunal podía pronunciar una pena de tres años de cárcel al seguir la petición de un fiscal cuya actividad se inspira todavía en el derecho italiano de la época del fascismo. La base del delito era una entrevista del escritor en 2005 a un diario suizo, Tages Anzeiger; Pamuk decía: “Un millón de armenios y treinta mil kurdos han sido matados en Turquía”.
Lo extraño fue lo que ocurrió en Francia, en la cámara de los diputados, unas horas antes del anuncio del premio a Pamuk. Por 106 votos en contra de 19, los diputados adoptaron una proposición de ley del partido socialista que castiga con un año de cárcel y una multa de 45.000 euros el hecho de negar en público la existencia del genocidio de los armenios por los turcos en 1915. Lo que decía Pamuk (que, al final, no fue juzgado) era un delito en Turquía; ahora decir lo contrario en Francia será un delito si el senado aprueba también esta nueva ley.