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LOS DE MIAMI

Por 17 de octubre de 2006 Sin comentarios

Jean-François Fogel

Al principio de la enfermedad que apartó a Fidel Castro del poder, el sitio cubano La Jiribilla publicó una obra muy ambigua del dibujante Falco. Se trataba de una isla de Cuba transformada en una charretera del comandante en jefe. La charretera de Fidel es invención suya: robó la única estrella de la bandera cubana y la puso sobre un diamante negro y rojo rodeado de laureles para tener algo inalcanzable para cualquier oficial de las fuerzas armadas revolucionarias. La representación de Falco era excelente aunque unos remolinos daban la idea de un movimiento, la idea de que se va el Comandante. Se va el Comandante no para Barranquilla, como el caimán de la famosa canción, sino para salir del mundo de los vivos.

El dibujo era un obvio sacrilegio para cualquier persona que no conoce La Jiribilla, su castrismo ciego, sus maneras tan pesadas de hacer humor y su odio crónico (mezclado con celos) por los exiliados cubanos que triunfan afuera. No hay nada que creer cuando La Jiribilla pinta el exilio, uno de los blancos de su odio, como un grupo de personas que se mueve por odio. La opinión de los cubanos de los condados de Miami y de Broward, tal como aparece en un estudio de la firma de marketing Bendixen and Associates es todo lo contrario.

Es cierto: la mayoría de estos exiliados votan por el partido republicano, la inmensa mayoría de ellos creen que Fidel nunca volverá al poder, pero son optimistas sobre el futuro de la isla. Creen que algo viene para Cuba, algo que se llamará democracia, y apuestan por un plazo de cuatro años nada más, antes de conseguirlo. Todo la encuesta es apasionante, pues se ve un grupo humano que pide una transición sin violencia y anima al gobierno de EE. UU. a negociar con Cuba si las autoridades de La Habana se meten de verdad en el camino del cambio. La política del embargo recibe una mayoría de apoyo, pero por muy poco (53% en contra de 62% el año pasado). Al contrario de lo que quiere Washington, los entrevistados por Bendixen opinan que los cubanos del exilio deben viajar a la isla y, last but not least, opinan que el exilio no tendría que pedir la recuperación de sus casas, en caso de volver a Cuba después de la transición.

¿Qué vemos? Personas mucho más apacibles de lo que pinta la prensa de Miami. Como en todo, el caso cubano es retórica por una parte y realidad por otra. La realidad tiene un dato definitivo: solo el 13% de los exiliados tiene planes de volver a Cuba. No es el comandante el que se va, es su exilio el que se fue para siempre.

(Otra cosa: vale la pena leer en el sitio de La Jiribilla la entrevista de Antón Arrufat. El ensayista y sobre todo autor de teatro cubano habla de su último libro diciendo que ha tenido ya cinco críticas literarias en la prensa de la isla. «Me ha producido un verdadero asombro», explica, pues es normal para un libro no recibir más de dos críticas. Otro asombro: en este mismo sitio hay un libro que ya tiene nueve críticas, todas positivas: Cien horas con Fidel, de Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique).

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Jean-François Fogel

Jean-François Fogel Periodista y ensayista francés, trabajó para la Agencia France-Presse, el diario Libération, el semanal Le Point y el mensual Le Magazine Littéraire. Ha vivido una parte de su vida en España donde empezó una segunda carrera como asesor para empresas de prensa. Fue asesor del director del diario Le Monde, desde 1994 a 2002, y sigue trabajando en la concepción y la remodelación continua del sitio Internet creado por el vespertino. Es maestro y presidente del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha publicado varios libros sobre literatura francesa y sobre América Latina, entre los que destaca  un ensayo sobre el periodismo digital, Una prensa sin Gutenberg (Punto de Lectura, 2007).

En 2010 se dedicó a renovar los seis sitios de los diarios del grupo francés SudOuest, donde continua siendo asesor de la estrategia digital. En los últimos años, se encargó de la creación de una plataforma de información digital para el grupo France Televisions, una de las tres más importantes de Francia. Asesora a varios medios en Europa y América Latina tanto en la concepción de sitios, como en la organización de la producción digital. Es director del Executive Master of Media Management, del Instituto de Estudios Políticos de Paris (Sciences Po).

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