Jean-François Fogel
Hay días que tienen que empezar por la lectura de Opinión, el diario de Cochabamba. Caso de hoy para saber si vuelve o no el prefecto de la región. Aún más para saber si el prefecto es prefecto todavía.
Sería un riesgo tremendo pronunciarse sobre lo que pasa entre los cocaleros, el presidente boliviano, y a la vez líder sindical de los cocaleros, Evo Morales y las autoridades legales en la región de Cochabamba. Al empezar un párrafo para decir algo no se sabe si lo que se escribe será cierto al llegar al punto final del párrafo. Bolivia está en llamas. Sobre todo la media luna que asume el inevitable conflicto entre las tierras calientes y los Andes que hospedan todavía el poder nacional. Ayer se publicó, en Bolivia y en Chile, un libro sobre Evo Morales: Un tal Evo: biografía no autorizada. Escrita por dos periodistas de El Deber, el diario de Santa Cruz de la Sierra, Roberto Navia y Darwin Pinto, hace parte de lo que podríamos llamar los libros que faltan. Faltan también en Bolivia si miramos el interés que provoca la publicación.
Ya pedí mi ejemplar que va a demorar semanas en llegar a Europa pero descubro una larga entrevista en inglés con los dos autores. Hay que leerla por lo que dice sobre el perfil psicológico del presidente que enfrenta la situación más difícil en América latina. Se trataría de un líder con mucha soberbia que maneja su país como un sindicato y anima la dolarización entre su poder y la oposición. Los autores pronostican una alternativa para el año 2007: un pacto social firmado entre los dos bandos o la guerra civil. Nada menos. Podemos notar que este pesimismo es compartido por Internacional Crisis Group, una ONG financiada por parte por George Soros y que se dedica a la prevención de conflictos. ICG publicó hace unos días un informe sobre Bolivia cuyo tono es muy preocupante: «existe una distancia enorme entre las percepciones de unos y otros. El gobierno arguye que la oposición menosprecia los resultados electorales y que la voluntad de la mayoría debe respetarse. La oposición y los comités cívicos orientales sostienen que Morales y el MAS (Movimiento Al Socialismo) buscan imponer un modelo revanchista y radicalmente étnico que no es representativo del país en su conjunto.» Pronóstico final: una posible «desintegración de Bolivia». Evo es el hombre que puede eludir al peligro o provocarlo.