Jean-François Fogel
El acontecimiento del año, no solo en Argentina, será la publicación (por la editorial Destino) del libro de Adolfo Bioy Casares sobre su amistad y convivencia profesional con Jorge Borges. Ñ, el suplemento cultural del diario argentino Clarín, dedica cuatro entregas que adelantan el contenido de este enorme libro titulado Borges. Lo pinta como un evento mayor para el conocimiento de la vida literaria. Juzgando por lo que leí hasta ahora, así es, no hay duda. Lo que se presenta como un diario de Bioy abarca cuatro décadas desde 1947.
Clarín se preguntó si era un libro para pocos, solamente para los que sepan de la literatura y de las dos figuras bonaerenses. No lo creo. La verdad es que me reí a carcajadas con las entregas. Los dos amigos son unas bestias de maldad para machacar a otros autores. Dicho y hecho. Lo voy a demostrar con un extracto, un caso de celos compartido con juegos de palabras de adolescentes (es un pequeño robo, sí, pero como dará provecho a los lectores potenciales lo llamamos promoción para la editorial Destino).
Fecha: 25 de octubre de 1956
Cita: "Borges me dice: «le dieron el premio Nobel a Juan Ramón Jiménez». BIOY: «Qué verguenza». BORGES: «… para Estocolmo. Primero a Gabriela, ahora a Juan Ramón. Son mejores para inventar la dinamita que para dar premios». BIOY: «De cualquier modo, Juan Ramón es mucho mejor que Gabriela Mistral. Los malos poemas de Juan Ramón son malos; pero los mejores son bastante buenos. Gabriela Mistral no ha escrito ningún poema bastante bueno. ¿Te acuerdas del artículo que íbamos a escribir sobre Juan Ramón? Tendría unas erratas: en una línea el nombre aparecería como Juan Jabón, en otra como Juan Jamón, en otra como Juan Ratón. Al final, se desenmascaraba la conspiración y, en la última línea, de desagravio, se lo llamaba Juan Jarrón»".