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EL LOCO DEFINITIVO

Por 21 de marzo de 2006 Sin comentarios

Jean-François Fogel

Rafael Gumucio, periodista y novelista chileno, aporta hoy una
excelente contribución a la necesaria y saludable rebelión en contra
de las generaciones anteriores.  Es una página entera de la Revista de
Libros, el suplemento del diario El Mercurio, dedicada a Gabriel
García Márquez.  "El Patriarca", como lo llama Gumucio, cumple 78 años
saludados por este texto de un joven lector que se proclama
"drogadicto rehabilitado" al decirse incapaz de releer al Premio Nobel de Literatura.

No vale la pena discutir las sensaciones de Gumucio frente a obras que
le encantaron en el pasado.  Una lectura es una experiencia personal. 
Pero el análisis que acompaña al intento de relectura es excelente y
merece ser estudiado. García Márquez, dice Gumucio, "es, aunque en
apariencia todo lo separe del irlandés, nuestro Beckett.  El sexo, la
muerte, la política, la tierra y la industria, todas ceden ante la
fatalidad ya escrita, ante el capricho de unos dioses sedientos y
agotados de sí mismos.  Nadie mejor que García Márquez supo
explicarnos hasta qué punto el nuevo mundo era desde el primer día un
anciano".

Nos encontramos en el lugar preciso donde Gertrude Stein proclamaba a
sus lectores que Estados Unidos es "el país más viejo del mundo".  Es
cierto que el intento de construir un mundo para recuperar su atraso,
que se llama Macondo o Estados Unidos, entrega a los pioneros a la
melancolía de la imposible lucha contra el tiempo.  Gabo es un maestro
de aquella problemática y Gumucio lo explica muy bien cuando describe
su obra como una "tragedia griega a ritmo de bongó".

Al contrario, donde Gumucio se equivoca por completo es al pasar de la
literatura a la política para denunciar la relación del novelista
colombiano con Fidel Castro, que transforma la isla de Cuba en ruinas.
"Edwards, Fuentes o Vargas Llosa son mucho más de izquierda que García
Márquez -escribe Gumucio-.  Creen en que las cosas pueden cambiar y
cambiar para bien".  Aquella observación es obvia pero equivocada. 
No sirve para nada utilizar un abanico político que va desde la izquierda
hasta la derecha para entender a García Márquez.  Mejor mantenerse en el
campo de la literatura.  Volver a los libros.  La obra es dominada por
una raza de personajes que podemos llamar los locos del caribe. 
Personas que construyen de manera obsesiva lo que el paso del tiempo,
la potencia de las tormentas, la corrosión del salitre y, finalmente, el
desánimo humano, transforman en ruinas.  Aureliano Buendía, el
Patriarca, el general Bolívar, Florentino Ariza, son seres cuyo
comportamiento va más allá de toda patología y nutre la dinámica de obras dedicadas a la locura humana.

Claro que con un cacique o, mejor, un caudillo como protagonista
principal, una novela toma una dimensión trágica que abarca a todo un
pueblo.  García Márquez ha pasado su vida de escritor contándonos la misma
derrota a largo plazo de los hombres que quieren cambiar el mundo.  Lo ha hecho no por ser de izquierda o de derecha si no que por ser un tema
obvio para un realista del caribe.  Lo que hay que lamentar es que
García Márquez nunca haya escrito algo amplio sobre Fidel Castro.  Con
el comandante tenía y tiene todavía al loco definitivo, al caudillo, de
larga trayectoria, capaz de llevar a su isla al descalabro total. 
Merecía algo como "El otoño del patriarca en el laberinto de su muerte
anunciada".  No una obra, si no la obra para resumir todo.

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Jean-François Fogel

Jean-François Fogel Periodista y ensayista francés, trabajó para la Agencia France-Presse, el diario Libération, el semanal Le Point y el mensual Le Magazine Littéraire. Ha vivido una parte de su vida en España donde empezó una segunda carrera como asesor para empresas de prensa. Fue asesor del director del diario Le Monde, desde 1994 a 2002, y sigue trabajando en la concepción y la remodelación continua del sitio Internet creado por el vespertino. Es maestro y presidente del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha publicado varios libros sobre literatura francesa y sobre América Latina, entre los que destaca  un ensayo sobre el periodismo digital, Una prensa sin Gutenberg (Punto de Lectura, 2007).

En 2010 se dedicó a renovar los seis sitios de los diarios del grupo francés SudOuest, donde continua siendo asesor de la estrategia digital. En los últimos años, se encargó de la creación de una plataforma de información digital para el grupo France Televisions, una de las tres más importantes de Francia. Asesora a varios medios en Europa y América Latina tanto en la concepción de sitios, como en la organización de la producción digital. Es director del Executive Master of Media Management, del Instituto de Estudios Políticos de Paris (Sciences Po).

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