Jean-François Fogel
Las fotografías de Cuba pertenecen a dos categorías. Las que pintan un paraíso, y las que retratan un naufragio. Las fotografías de Ángel Marcos, en la Maison Européenne de la Photographie, corresponden a la segunda familia. Ofrecen la visión de una arquitectura destrozada por el paso del tiempo, el descuido y la incoherencia de “un sistema donde solo los signos conversan” como dice el folleto de presentación de las actividades del principal lugar dedicado a la fotografía en París.
La exposición se titula “À Cuba”; no muestra algo inédito, meramente algo muy real. El tamaño grande de las fotografías permite ver el detalle de edificios y calles de una Habana con pocos seres humanos. Casi vacía, la ciudad se parece a los cuadros de Giorgio de Chirico, pero un Chirico que pintaría un mundo urbanístico arruinado después de una tormenta. Es el clásico reportaje sobre el derrumbe de lo que fue la ciudad más bella del Caribe y, de verdad, no justificaría la vista de la exposición sin unos videos extraños. Parecen del mismo fotógrafo, Ángel Marcos, pero el personal de la Maison Européenne de la Photographie no fue capaz de darme el nombre del autor. Y el sitio en Internet tampoco lo menciona. Es una lástima, pues estos videos tienen un valor artístico y documental. Se trata de la filmación fija, sin ningún movimiento de la cámara, de varias calles de ciudades cubanas.
La cámara es escondida, a nivel de la mirada de una persona adulta; nadie se entera de su presencia. Es como ser el testigo invisible de los trámites del día a día en la calle: se ve todo, se oye muy poco. Solo se puede describir el sonido, muy malo, como el rumor de la calle. Pues esta vez, sí, hay gente. En un asfalto repleto de huecos, un pueblo de peatones, ciclistas, perros, carros agotados, carritos arrastrados por rocinantes caribeños, sin olvidar los taxistas para turistas que tienen un ciclista como motor. Movimientos entre las casas sin pinturas de un pueblo sin sonrisas, sin abrazos o aprietos de manos. En una clara voluntad irónica, el autor pasa de una calle a otra con la inserción de fotografías de carteles de propaganda: “Vivimos en Cuba libre”; “Jamás podrán tomar este país” ; “Revolución es igualdad y libertad plena”.
Una citación de Julio Antonio Mella, fundador del partido Comunista Cubano, afirma que “Hoy solo es honrado luchar” cuando cada imagen habla no de lucha sino de una difícil supervivencia. El carro que mejor se ve es uno de la corporación Cimex (Comercio Interior, Mercado Exterior), que se dedica a negocios para dirigentes y extranjeros, inalcanzables para los cubanos. Es un carro que proviene del ejército: promete en letras blancas “venta por catálogos, entrega en 24 horas”.
La exposición es abierta hasta el 10 de septiembre.