Javier Rioyo
Viajar es leer nuevas caras, acariciar otras calles, pasear otros cuerpos y encontrarte con otras músicas. Y otros libros. Viajar es, también, no moverte de tu habitación. Ahora sigo viajando en compañía de Andrés Neuman. Creo que otra vez hablé de sus aforismos reunidos en un tomo que llamó "El equilibrista": "Se escribe desde dos lugares: el agradecimiento y el rencor". Yo vuelvo a Neuman por el agradecimiento. Por un nuevo agradecimiento como lector ese último libro de anotaciones, retazos de una vida viajada por América con la excusa de pasear con su premiada novela: "El viajero del siglo".
Su recorrido se llama: "Cómo viajar sin ver". Un buen título, aunque mentiroso. El autor se pasa el día viendo y haciéndonos ver.
En muchos lugares me encuentro agradecido. Dice Neuman- ese chico de Buenos Aires que se vino a vivir a Granada- sobre sus compatriotas: "Muchos amigos argentinos de mi edad detestan votar. Los decepciona. Los cansa. O no creen que, en vista de los candidatos, el sufragio sea la mejor expresión ciudadana. Quizá si el fútbol fuese obligatorio y el sufragio voluntario, los ciudadanos (y los hinchas) se tomarían más en serio las urnas" Creo que nosotros, también los españoles de mi generación, nos estamos haciendo argentinos en lo del fútbol. Y en los sufragios. ¿Y por qué no nos hacemos franceses de una vez por todas?
En Francia, en París, estuve unos días felices con algunos amigos. Con uno de ellos, Juan Villoro y en compañía de su mujer, la filóloga y escritora, Margarita Heredia, regresamos a Madrid, a nuestro pesar y en un taxi conducido por un polaco. Nada que ver con eso que recuerda Neuman de un cuento de Villoro, "Los culpables". Escribe el mexicano: "Estoy tan a disgusto con la realidad que los aviones me parecen cómodos". No pasó eso en París, allí, gracias al volcán, nos sentimos a gusto con esa vida detenida durante un tiempo y bajo el volcán. No era Cuernavaca, pero a veces París es mejor.
Agradecimiento a los amigos que escriben. Hoy especial a Neuman con el que también compartimos esa "Sensación de haber olvidado algo en algún lugar. De que en todo lugar olvidamos algo, además de llevarnos algo"
Me tengo que ir. Hago otro corto viaje: "Uno despega para aterrizar en sí". Y a veces en no.