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Blogs de autor

Un poco de lujuria

Por 30 de noviembre de 2007 Sin comentarios

Javier Rioyo

Mi recordado, y lujurioso, amigo Xavier Domingo unía la lujuria a los otros placeres. Beber, comer, etc. Y le gustaba acercarlos a las lecturas y las músicas. Los que quieran saber algo más de éste peculiar gozador a la española, nacido en Barcelona y bien vivido en París, que busquen su libro sobre la erótica ibérica. O sus libros de cocina, Cuando sólo nos queda la comida o De la olla al mole. Pero no era de él de quien quería hablar, se me bifurcan los caminos. No, hoy quería hablar de un escritor que admiraba Domingo y por eso se me cruzan los nombres. Hablo de Pietro Aretino. 

Recatado por la gracia de Luis Antonio de Villena, autor de la traducción, el prólogo y las notas de esta edición hermosamente verde que acaba de aparecer de sus Sonetos lujuriosos. No los dejen cerca de los niños.  

Este libertino que para muchos -dice Villena- fue tenido como un hombre piadoso, bondadoso, jovial y para otros era un chantajista, libelista, pornógrafo y vividor. Admirado o repudiado, tenido por culto y por todo lo contrario, fue un buen representante de un siglo, de una cultura y un tiempo -1492-1556- donde todavía no se habían expulsado ni la vitalidad ni cierto paganismo que no le sientan mal a esa Italia divertida y desvergonzada. 

Vida apasionante de un poeta libertino que cuenta con la excelencia de Villena en el prólogo. Sus sonetos no son de hombres y mujeres en el momento del sexo, son el sexo mismo. Como dice el prologuista son "coños y pichas que se imbrican en goce feliz y natural". 

Me callo y les regalo un soneto de Aretino. Perdón y que se aparten mojigatos y menores: 

"Jodamos, alma mía, jodamos enseguida,

pues todos para joder hemos nacido;

que la polla te gusta y amo el chocho

y el mundo sin eso ni una figa valdría.

Y si post morten joder fuese aún honesto,

diría: De tanto joder nos moriríamos;

y además Adán y Eva aún joderían,

que hallaron un morir tan deshonesto.

-Verdad es lo que dices, que si los bribones

no comieran de aquél fruto traicionero

ardencia los amantes no tendrían.

Más basten ya palabrerías, y hasta el corazón

clava la polla, y haz que el alma se

me parta, que por la polla muere o está viva;

y si posible fuera,

guárdame en el chocho los cojones

que del placer son testigos de primera."

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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