Javier Rioyo
Entre las alegrías de unos encuentros poéticos y nocturnos, mañaneros, cañeros -de cañas- y algunas risas, pocos ligues, fue conocer un poco mejor a dos "complutenses". Uno es de donde hizo el bachillerato, ya nos lo dejó dicho el listo de Max Aub. Y así encontré una cercanía de recuerdos de infancia y adolescencia en los editores Ana Santos y Pedro Miguel, madre, padre y muy señores suyos de la hermosa, pequeña que crece y excelente editorial "El Gaviero". No es sólo una buena editorial de jóvenes poetas y otras excursiones, es además, como quería JRJ, una bella editorial.
Entre las varias alegrías que me han proporcionado está un poeta que no conocía, Guillermo Lago. De Madrid, funcionario de la Administración Local- tan "pessoano"- en ayuntamientos de Almería. Y si las biografías no mienten residente en Las Vegas (Nevada). Ignoro si de tahúr, camarero, casamentero o cantante aficionado. El caso que es, como el título de su poemario tan del sur, un poeta de gozosa carga irónica. Un poeta divertido, que también tienen su lugar en el mundo. Dos ejemplos, como dos poemas y sin pasar página:
"UN SOLO BESO
En mis sueños,
Cuento el tiempo por meses,
Años, lustros,
Y no por los besos que
di/diste/ dimos
A ti
más de mil, aquella, cientos
¿a quién sólo diez, o tres, o quinientos?
A miles de millones, ninguno.
El mes lo cuento por
horas, minutos, segundos,
en espera de uno,
un solo beso, en el que
sea> seas> seamos:
uno
1
_
PORTERO AUTOMÁTICO
(DE CASA ENCENDIDA)
-¿Sí?
-Yo.
-¿Ya?
-Sí
En un solo beso me he comido unos versos de Gil de Biedma que anteceden el poema:
"La vida entonces, ya se cuenta/ por unidades de amor tuyo,/ tan diminutas que se olvidan/ en lo feliz, en lo confuso."
Qué buen tiempo el verano para versos y besos. De varias clases, incluidos los furtivos.