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Los snobs, "EL Sol" y Antonio Gastón

Por 24 de febrero de 2011 Sin comentarios

Javier Rioyo

 

 

Habíamos enterrado el esperpento del 23-F y nos tocaba divertirnos. Había que tomar las calles, vivir la ciudad y dormir lo menos posible. Madrid se había desnudado en el dos de Mayo, fumaba en Malasaña y bebía por todos los barrios. La ciudad de verdad quería ser alegre y confiada. Algunos se perdieron en el camino, no supieron terminar las noches blancas, otros lo superamos no entendemos bien cómo. Aunque sí sabemos porqué: no queríamos perdernos la vida de una ciudad libre y unos ciudadanos con ganas de pasarlo bien. Y los pasamos. Algunas veces nos pasamos.

Ya nos podían gustar los snobs. Los necesitábamos, como Nueva York tuvo sus snobs en los tiempos de Warhol y el Chelsea Hotel, los ingleses con Bloomsbury o los parisinos en casi todas las épocas, nosotros también tuvimos nuestros snobs. Hay un delicioso libro en la editorial Impedimenta que habla de la historia reciente de lo snobs y el snobismo, todo un acercamiento, muy afrancesado aunque sin abandonar lo anglosajón, que recomiendo a todos los interesados por esa manera de estar en el mundo, quizá de burlarse de él. Se llama "Diccionario de literatura para Esnobs". Apenas hay snobs españoles- escribir esnobs me parece demasiado snob- y sin embargo los hubo, incluso los hay. Si tengo tiempo un día de estos emprenderé la busca y captura de algunos de nuestros snobs más notables. Tendré que limitarme a los vivos porque no quiero invadir territorios de Luis Antonio de Villena y otros estudiosos y preclaros snobs de nuestro mundo.

Hoy he recordado va uno de esos encantadores snobs a la madrileña. Un representante de los mejor del Madrid que sabía divertirse. Antonio Gastón, muerto lenta y lúcidamente después de haber vivido con intensidad días y noches. Hoy lo recuerda el querido Miguel Mora que desde Roma tiene nostalgias de aquellas noches del Madrid interminable de los tiempos en que tanto nos movíamos. Sin Gastón, sin su creación preferida, "El Sol", Madrid no hubiera sido la misma. Noches en ese garito de música y roces, de hermosas y buscadores, de modernos y posmodernos. Frívolas, maravillosas, noches de tragos largos y sueños cortos. El snob de Gastón veía subir la temperatura de su local, mientras ligaba discretamente bebiendo un champagne y veía llegar la hora del cierre desde la mesa de su balcón con vistas. Desde el baile nocturno de nuestra casera feria de las vanidades o desde la barra, admiramos la elegancia de este snob de San Sebastián que dejó la arquitectura para hacer más modernas las noches de Madrid. Ha muerto sin rendirse. "El Sol" sigue vivo y noctámbulo. No es el mismo. Como la ciudad no es la misma. Echaremos de menos a snobs como Gastón, elegante y decadente. Que una vez fue joven y divertido. Sin embargo a  él y a otros snobs tan nuestros, les gustara decir: "Soy joven y rico y culto; y soy infeliz, estoy neurótico y solo"

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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